El presidente argentino, Alberto Fernández, anunció el comienzo del proceso de adhesión al Nuevo Banco de Desarrollo de los Brics tras su reunión con la presidenta del banco, Dilma Rouseff. La medida subraya los esfuerzos de Argentina por consolidar su posición en el ámbito financiero internacional y ampliar su cooperación con potencias emergentes.
El anuncio de la adhesión de Argentina al Nuevo Banco de Desarrollo de los Brics marca un hito en el esfuerzo del país por fomentar la inclusión financiera y diversificar sus fuentes de financiamiento. El acceso a esta institución sin condicionalidad representa una oportunidad significativa para la Argentina, particularmente en este crítico contexto económico que atraviesa, para abordar desafíos clave en materia social como la pobreza y la desigualdad, y económica, como una crisis con inflación galopante, escasez de reservas internacionales y un dólar cuyo valor se mantiene demasiado inestable sin la presión del FMI.
En este sentido, la reunión entre Fernández y Rousseff en Shanghai no sólo reafirmó los lazos tradicionales que existen entre Argentina y Brasil, destacando la importancia de la colaboración entre los países sudamericanos para fortalecer su posición en el escenario global, sino que además buscó intentar darle un poco de rapidez al proceso de adhesión. El mismo continúa en curso y está sujeto a la aprobación del directorio del NDB y la finalización de las negociaciones de las condiciones de ingreso.
¿Qué es el NBD?
El Nuevo Banco de Desarrollo de los Brics – o NBD – surgió en el año 2014 como una alternativa a las instituciones financieras internacionales convencionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, al brindar a las economías emergentes la oportunidad de acceder a financiamiento sin imposición de condiciones estrictas. El surgimiento de esta institución fue impulsado por el compromiso compartido del bloque Brics de reformar la arquitectura financiera mundial, subrayando su enfoque de justicia y representación equitativa en el sistema financiero global.
A diferencia del FMI por ejemplo, el organismo posee fondos para infraestructura sin condicionalidad, representando una transformación importante respecto de la arquitectura financiera internacional y un paso significativo hacia la inclusión financiera y el desarrollo sostenible de las economías emergentes. Con el NBD surgió también un Acuerdo Contingente de Reservas con el objetivo de poder brindar herramientas a los países miembros para hacer frente a eventuales desequilibrios de su balanza de pagos.
Este fondo común de reservas suma en la actualidad un total de 100.000 millones de dólares, que si bien no se transfieren desde los bancos centrales, cada país se compromete a prestar ante la necesidad de algún miembro. Al respecto, los 100.000 millones se componen según el siguiente detalle: 41.000 millones provenientes de China, 18.000 millones de Brasil, 18.000 de Rusia y 18.000 de India, más 5000 millones de dólares por Sudáfrica.
Los cinco países y potencias emergentes que ya integran el grupo representan el 42% de la población mundial, el 30% del territorio del planeta, el 23% del producto bruto global y el 18% del comercio global, según cifras oficiales. Con la incorporación de Argentina y las demás naciones, que desde 2024 pasarán a formar parte de los Brics, el bloque alcanzará un proceso de expansión por el cual pasará a representar el 46% de la población mundial, cerca del 28,3% del producto bruto mundial y el 56,9% de la producción global de petróleo, entre otros indicadores.
¿Qué oportunidades tiene Argentina con el ingreso al NBD?
Ahora bien, el ingreso de Argentina al bloque, así como su adhesión al Nuevo Banco de Desarrollo, podría resultar clave para abordar los críticos problemas domésticos que atraviesa. En este sentido, acceder al financiamiento exterior sin presiones de potencias globales como China, por ejemplo, le permite al país sudamericano hacer frente a cuestiones económicas como la millonaria deuda con el FMI, la presión sobre el dólar que dispara su precio, una inflación galopante, la escasez de reservas internacionales, destacando los más urgente entre otros.
Asimismo, le permite al país ampliar y diversificar su cartera de socios comerciales, clave tras la sequía histórica que golpeó a su principal sector productivo, y profundizar la cooperación e inversión internacional entre economías emergentes en áreas estratégicas como minería, ciencia, tecnología, energía, etc. Del mismo modo le permitiría abordar otras cuestiones importantes y urgentes como la pobreza: datos recientes publicados por el INDEC revelan que el 40,1% de la sociedad argentina se encuentra bajo la línea de pobreza, y dentro de ese porcentaje, el 9,3% de las personas están por debajo de la línea de indigencia.
Por otra parte, también es posible afirmar que la búsqueda del actual Gobierno argentino por ingresar al Brics y formar parte del NBD responde al contexto electoral que atraviesa actualmente la nación sudamericana. Los resultados de las PASO mostraron una sorpresiva brecha, ahora dividida entre tres candidatos con propuestas distintas, que podría definir un futuro totalmente diferente para el país y además poner en riesgo la continuidad del partido oficialista.
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