El conflicto en Gaza ha evolucionado a medida que las fuerzas de defensa israelíes y el grupo Hamás utilizan drones y ciberinteligencia en un nuevo episodio de la guerra moderna. Ambos lados despliegan tácticas sorprendentemente sofisticadas en este escenario bélico.
Desde que Hamás lanzó su ofensiva el 7 de octubre, expertos han observado tácticas de drones inesperadamente avanzadas. Empleando pequeños drones comerciales, Hamás ha llevado a cabo ataques precisos, lanzando granadas contra tanques, ambulancias, puestos fronterizos y, de manera significativa, torres de comunicaciones. El informe del grupo Dronesec reveló que Hamás ha demostrado saber cómo configurar los drones para evadir contramedidas electrónicas, una habilidad que sorprendió a los observadores.
La inteligencia detrás de estos ataques sugiere una capacidad de ciberinteligencia inesperada. Dmitri Alperovitch, fundador del Silverado Policy Accelerator, destacó que Hamás parecía tener una inteligencia excepcional sobre las bases secretas israelíes y sus sistemas de comunicación. Esto plantea la posibilidad de que la ciberinteligencia haya jugado un papel crucial en la preparación de esta operación, que probablemente llevó años planificar.
Si Israel lanza una ofensiva terrestre en Gaza, seremos testigos del próximo capítulo de la guerra de drones en entornos urbanos. Durante la Conferencia Internacional de Innovación Militar de las Fuerzas de Defensa de Israel en 2022, se mostraron operaciones combinadas de drones y ciberinteligencia. Estas operaciones implican drones capaces de recopilar datos personales de teléfonos móviles cercanos, permitiendo a los agentes de inteligencia israelíes identificar fugitivos en tiempo real y planificar operaciones de manera más precisa.
Si bien es importante abordar estas demostraciones con escepticismo, la capacidad de Israel para utilizar drones y tecnología cibernética está bien documentada. Israel ha enviado enjambres de drones armados a Gaza en el pasado y es conocido por su habilidad en la recopilación de datos de objetivos específicos.
El Grupo NSO, fundado por exmiembros de una unidad de ciberinteligencia de élite de Israel, ha desarrollado software espía usado por varios regímenes. Esto ha llevado a controversias, ya que se ha empleado para atacar a periodistas y activistas. La dependencia de la inteligencia de señales digitales plantea desafíos y posibles vulnerabilidades, como se evidenció en el reciente ataque de Hamás.
La pregunta crucial es si Israel podrá usar estas nuevas capacidades para minimizar el impacto en la población civil de Gaza durante una ofensiva terrestre. El historial de Israel plantea dudas sobre la moderación, y la dependencia de la vigilancia digital puede haber dejado una brecha de seguridad importante en un conflicto tan complejo como el de Gaza. Este escenario plantea una seria preocupación sobre la seguridad y los derechos humanos en la región.
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Fuente: Defense One
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