En el marco del conflicto bélico que se desarrolla en la Franja de Gaza entre el Ejército israelí y el grupo terrorista de Hamás tras el ataque perpetrado a principios de octubre, varios países sudamericanos decidieron retirar embajadores y cortar lazos con Israel. La decisión se lleva a cabo como protestas diplomáticas por la crítica situación.
En este sentido, el Gobierno de Bolivia anunció el corte total de sus lazos por los presuntos crímenes de guerra y abusos contra los derechos humanos que se están cometiendo en la Franja de Gaza. La decisión se dio a conocer el martes por la tarde en rueda de prensa por María Nela Prada, ministra del Gobierno del presidente Luis Arce, que argumentó: “Exigimos el cese de los ataques a la Franja de Gaza que hasta el momento han cobrado miles de vidas civiles y provocado el desplazamiento forzado de palestinos”.
Asimismo, el viceministro de Asuntos Exteriores de Bolivia, Freddy Mamani Machaca, declaró que la decisión representaba “un repudio y condena a la agresiva y desproporcionada ofensiva militar israelí en la Franja de Gaza y su amenaza a la paz y la seguridad internacionales”.
Horas después, los Gobiernos de Chile y Colombia procedieron a retirar sus embajadores de Israel, mientras que el presidente de Brasil criticó la continuación de los ataques aéreos contra Gaza. Siguiendo esta linea, el presidente colombiano, Gustavo Petro, afirmo durante el día de ayer que la decisión de retirar a su embajador se debe a la “masacre del pueblo palestino” por parte de Israel.
Recientemente, Petro comparó las acciones de Israel con las de los nazis de Adolf Hitler, lo que provocó la reprimenda del Ministerio de Asuntos Exteriores israelí, que le acusó de poner en peligro vidas judías y de alentar “los horribles actos de los terroristas de Hamás” con sus “declaraciones hostiles y antisemitas”.
Por su parte, el presidente de Chile, Gabriel Boric, anunció también que había convocado al embajador de su país en Tel Aviv para hablar de las “inaceptables violaciones del derecho internacional humanitario” que, según él, Israel estaba cometiendo en Gaza. El mandatario sostuvo que las más de 8.000 víctimas civiles de la ofensiva israelí demostraban que la operación militar representaba un “castigo colectivo a la población civil palestina de Gaza”.
Del mismo modo, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, criticó la situación en dicho territorio y calificó de “locura del primer ministro de Israel al querer destruir la Franja de Gaza, pero olvidando que allí no sólo hay soldados de Hamás, sino también mujeres y niños, que son las grandes víctimas de esta guerra”. Y añadió: “Sólo porque Hamás haya cometido un acto terrorista contra Israel no significa que Israel tenga que matar a millones de inocentes”.
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