Tras el recrudecimiento de las hostilidades entre Israel y la facción terrorista de Hamás, la comunidad internacional baraja la posibilidad de una intervención urgente para asegurar la paz entre ambas partes. Lo que implica, a menos que se adopte un enfoque más decisivo, que podría derivar en un conflicto armado de mayor envergadura a nivel regional e internacional.
En este sentido, el recurso legal que mejor caracteriza la situación del conflicto de Hamás se encuentra contemplado en el artículo 3 común a la Convención de Ginebra, el cual define la participación de uno o más grupos armados no estatales en actos hostiles con las fuerzas armadas de un gobierno estatal.
Sin embargo, este estatus podría tomar un rumbo diferente si el gobierno israelí opta por explorar estrategias para llevar a cabo nuevos ataques en los próximos meses. Esto eventualmente llevaría a la comunidad internacional bajo la lupa de la presión pública para retirar su apoyo al lado israelí si el conflicto escala hasta abarcar a los países vecinos o causar una crisis humanitaria a gran escala.
En ese escenario, el Estado palestino soberano podría verse compelido a responder a Israel, lo que a su vez alteraría la dinámica del conflicto. Del mismo modo, podrían surgir represalias por parte de naciones vecinas contra Israel, lo que agravaría la situación y desembocará en un conflicto a nivel regional. Por ejemplo, es probable que los aliados de Hamás, como Siria, Líbano e Irán, quienes históricamente se constituyeron como adversarios de Israel, se sumen al conflicto.
Aunque Arabia Saudita posiblemente respalde discretamente los esfuerzos de Israel por desmantelar a Hamás debido a su rivalidad con Irán, los países árabes podrían verse inclinados a respaldar al pueblo palestino ante la presión de la población musulmana y las impactantes imágenes de la devastación en Gaza y posiblemente en el Líbano. Israel, por su parte, contaría con el respaldo y la protección de naciones occidentales como Estados Unidos y la Unión Europea.
Estados Unidos, por su parte, sostiene que la completa erradicación del grupo Hamás de Gaza es la mejor estrategia para resolver el conflicto, similar al enfoque adoptado contra Irak tras los ataques del 11 de septiembre. La postura rusa, que aboga por un acuerdo pacífico, también se considera una opción plausible, ya que podría contribuir a reducir las víctimas civiles. No obstante, la manera en que ambas partes decidan adoptar estas medidas será decisión de cada una de ellas.
La cautela como clave para abordar el conflicto
En definitiva, expertos afirman que dada la situación descrita, es crucial abordar el conflicto entre Israel y Hamás con extrema cautela para evitar más pérdidas humanas. Por lo tanto, si bien un enfoque basado en soluciones pacíficas puede tener un carácter provisional, la eliminación completa de los terroristas resulta fundamental para evitar posibles ataques futuros.
Aunque la comunidad internacional viene ideando una aproximación más conciliadora en contra del uso de la fuerza, cualquier curso de acción que ambas partes decidan emprender debe estar en conformidad con las normativas establecidas en el Derecho Internacional Humanitario (DIH), ya que cualquier desviación de estas normas podría resultar en la intervención de otras naciones opositoras, desencadenando un conflicto armado de escala regional e internacional.
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“…Estados Unidos, por su parte, sostiene que la completa erradicación del grupo Hamás de Gaza es la mejor estrategia para resolver el conflicto…”. la mejor forma de resolver el conflicto es darle a los palestinos territorios donde pueda formar un estado, con todas las de la ley, pero Israel no quiere esto porque no tiene donde ubicar a sus colonos. EEUU como siempre quiere una resolución militar, atropellando los derechos de los pueblos.