El principal grupo disidente de las FARC anunció el domingo su decisión de abandonar las negociaciones de paz en Colombia, citando presuntos incumplimientos por parte del Gobierno. Este retiro se produce menos de un mes después de la instalación de la mesa de diálogo entre el Gobierno de Gustavo Petro y el Estado Mayor Central (EMC), compuesto por rebeldes que rechazaron firmar el acuerdo de paz en 2016.
A través de un comunicado, los disidentes afirmaron que suspendían la mesa de diálogos y la agenda pactada con el Gobierno, sin especificar las supuestas infracciones que alegan por parte de las autoridades. Sin embargo, señalaron que percibían un incumplimiento total por parte del Estado y una persistencia en “la visión militarista», evidenciada por operaciones en territorios controlados por el EMC.
El pasado 16 de octubre, delegados de la guerrilla y de Petro instalaron la mesa de negociaciones en Tibú, una región cercana a la frontera con Venezuela donde los rebeldes ejercen su influencia. La misma se vio precedida por una prolongada demora y tensiones causadas por una serie de acciones militares y ataques que resultaron en la muerte tanto de efectivos de seguridad como civiles, generando una ruptura en la confianza entre los participantes.
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