A medida que las fuerzas israelíes avanzan en el norte de Gaza, enfrentan considerables desafíos con los intrincados túneles de Hamás. Estos túneles, diseñados meticulosamente a lo largo de los años, constituyen el núcleo central de las operaciones del grupo armado palestino.
Aunque el ejército israelí ha enfrentado pocos obstáculos en sus ataques a la franja durante más de un mes, la eliminación de esta red subterránea de túneles podría presentar desafíos más significativos y prolongados. Se estima que estos túneles se extienden por cientos de kilómetros a profundidades que varían entre 15 y 60 metros. Su complejidad incluye características como tanques de oxígeno, tuberías de agua y luces eléctricas.
Los túneles permiten a los combatientes de Hamás realizar ataques sorpresa y moverse rápidamente, desafiando la capacidad de seguimiento de las fuerzas israelíes. Este sistema subterráneo es el resultado de más de dos décadas de desarrollo, iniciándose en la década de 1980 con túneles utilizados inicialmente para el contrabando desde Egipto.
Aunque el ejército israelí ha utilizado bombardeos aéreos en respuesta a ataques de Hamás, los expertos sugieren que la destrucción completa de estos túneles requeriría una operación extensa y peligrosa, ya que no se puede lograr mediante ataques aéreos y entrar en ellos presenta desafíos significativos.
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