La intervención del Reino Unido en apoyo a Ucrania generó una “increíble aceleración” en las capacidades tecnológicas de su ejército, afirmó el ministro de las fuerzas armadas británicas, James Heappey durante su visita a Estados Unidos a bordo del HMS Prince of Wales. Este incremento se atribuye a la adquisición de tecnología rusa capturada y las observaciones en el campo de batalla realizadas por las fuerzas ucranianas.
En este sentido, Heappey explicó que la colaboración con Ucrania permitió a Gran Bretaña aprender de información compartida, incluidos datos obtenidos de equipos rusos comprometidos, así como evaluar el rendimiento de armas y equipos británicos donados en los campos de batalla ucranianos. Al respecto señaló: “Aprendes muy rápidamente qué funciona y qué no funciona. La aceleración en la innovación de defensa dentro de los países de la OTAN se asemeja a lo que se esperaría en tiempos de guerra”.
El aprendizaje directo desde el campo de batalla llevó a algunas empresas británicas a mejorar productos de manera más rápida, utilizando informes de tropas ucranianas. Según Heappey, estas empresas “evolucionan rápidamente su capacidad de drones y la proporcionan a los ucranianos en unas cinco semanas”.
Las observaciones del campo de batalla están modificando incluso el concepto general del ejército británico sobre cómo podrían librarse las guerras en el futuro. La clave, destaca el ministro, es que los ejércitos modernos deben alejarse de las armas perfectamente diseñadas pero fácilmente destruibles y enfocarse en armas más económicas cuya cantidad y variación puedan abrumar las capacidades del adversario.
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