El miércoles, el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó su primera resolución desde el inicio del conflicto entre Israel y Hamas. En esta decisión histórica, se solicitó “pausas humanitarias urgentes y prolongadas” en Gaza para abordar la creciente crisis de los civiles palestinos durante los ataques aéreos y terrestres de Israel. Sin embargo, el rechazo inmediato de la resolución por parte de Israel añadió complejidad a la situación.
La votación en el consejo de 15 miembros resultó en 12 votos a favor y las abstenciones de Estados Unidos, Reino Unido y Rusia. Estos dos últimos países se abstuvieron porque la resolución no condenaba los ataques sorpresa de Hamas contra Israel el 7 de octubre, mientras que Rusia argumentó que la resolución no exigía un alto el fuego humanitario, una postura respaldada por Israel y Estados Unidos.
A pesar de ciertas concesiones en el lenguaje, como cambiar “demandas” por “llamados” y la referencia a la “liberación inmediata e incondicional de todos los rehenes”, la resolución, patrocinada por Malta, logró superar las serias diferencias que habían impedido previas adopciones de resoluciones.
Vanessa Frazier, la embajadora de Malta ante la ONU, destacó la importancia del logro como “un primer paso importante” en el compromiso de proteger a los civiles y abordar la difícil situación de los niños en conflictos armados. Sin embargo, el texto final de la resolución omite mencionar los ataques del 7 de octubre en Israel y la posterior respuesta de Israel con ataques aéreos y terrestres en Gaza.
La embajadora de Estados Unidos, Linda Thomas-Greenfield, expresó su consternación por la incapacidad de algunos miembros del consejo para condenar los “bárbaros ataques terroristas” de Hamas y criticó que la resolución no reafirmara el derecho de cada país a la autodefensa. A pesar de estas críticas, consideró la resolución como “un paso adelante”.
Por otro lado, el embajador de Rusia ante la ONU, Vassily Nebenzia, se abstuvo de votar y calificó la resolución como un “llamado débil” del Consejo de Seguridad, que posee “una caja de herramientas excepcionalmente poderosa”. Aunque algunos consideran la resolución como un avance, otros, como el embajador de Israel, Gilad Erdan, la ven como “desconectada de la realidad y sin sentido”.
En el contexto regional, la embajadora de los Emiratos Árabes Unidos, Lana Nusseibeh, respaldó la resolución, destacando la importancia de la unidad del consejo para abordar la situación en los territorios palestinos, que no había sido discutida desde 2016. A pesar de este paso positivo, se enfatizó la necesidad urgente de un alto el fuego humanitario duradero.
Riyad Mansour, el embajador palestino ante la ONU, señaló que el Consejo de Seguridad debería haber pedido un alto el fuego mucho antes. Enfatizó la devastación en Gaza y expresó la intención continua de los palestinos de recurrir al Consejo de Seguridad y la Asamblea General para tomar medidas, especialmente en busca de un alto el fuego.
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