El ejercicio militar conjunto de 11 días, denominado “Kamandag 7”, se puso en marcha con la participación de casi 3.000 miembros de fuerzas de élite provenientes de Filipinas, Estados Unidos, Japón, Corea del Sur y Gran Bretaña. El mismo busca mejorar la “interoperabilidad” para hacer frente a posibles crisis en la región del Indo-Pacífico, en un momento en que las tensiones geopolíticas se incrementan en los mares del sur y este de China.
Este ejercicio forma parte de una serie más amplia que abarca el sudeste asiático e involucra a 902 marines estadounidenses, algunos de los cuales pertenecen a una unidad de combate recién creada. Analistas ven esta demostración de fuerza como un indicio del creciente interés de Estados Unidos en desplegar tropas para hacer frente a los desafíos percibidos en una región estratégica, como la influencia de China.
Sin embargo, el capitán de la Armada de Marina, Jarald Rea, director de la oficina de asuntos públicos del Cuerpo de Marines de Filipinas, afirmó que el “Kamandag 7” no está dirigido a ningún país en particular, incluyendo China. Más bien, se trata de un ejercicio programado centrado en la interoperabilidad dada la pertenencia de los países participantes a la región del Indo-Pacífico.
En el lanzamiento del ejercicio, el mayor general Arturo Roxas, comandante del Cuerpo de Marines de Filipinas, afirmó que el mensaje es claro: “Enviamos un poderoso mensaje al mundo, especialmente a aquellos que puedan tratar de perturbar la paz”. Una declaración que busca reflejar el compromiso de los países participantes de defender la paz y la seguridad en la región.
Por su parte, el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, expresó un sentimiento similar durante la Reunión Plus de Ministros de Defensa de la ASEAN en Yakarta, subrayando el apoyo de Estados Unidos a la defensa de los derechos soberanos y la jurisdicción en territorios exclusivos de los países participantes.
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