La transición hacia fuentes de energía más limpias se ha convertido en un nuevo frente de competencia estratégica entre Estados Unidos y China, ampliando el alcance de la actual “guerra de chips” y teniendo consecuencias a nivel global. Las naciones compiten por asegurar minerales críticos necesarios para la transición energética, priorizando intereses estratégicos sobre eficiencias económicas y remodelando cadenas de suministro a través de asociaciones. Argentina, con abundantes reservas de litio, emerge como un actor clave, enfrentando la decisión de mantener su alianza con China o alinearse con una cadena de suministro liderada por Estados Unidos.
A pesar de poseer el 21% de las reservas mundiales de litio en los lagos salados, Argentina se encuentra rezagada en la producción, en parte debido a limitaciones tecnológicas y de capacidad. La reciente elección del presidente Javier Milei, que busca distanciar a Argentina de China en favor de Estados Unidos, añade complejidad a este escenario. Aunque un cambio podría revitalizar la economía argentina, existen desafíos significativos, como la dependencia económica de China, la incertidumbre sobre el acceso al mercado estadounidense y las divergencias políticas internas.
La influencia de Milei en el gobierno federal y las prioridades divergentes de los gobernadores de provincias con inversiones chinas también son factores a considerar. Además, la elección de Argentina podría tener implicaciones para otras naciones ricas en litio, como Australia, que desempeña un papel clave en la geopolítica mundial del litio y busca fortalecer sus asociaciones con Estados Unidos.
La competencia por la cadena de suministro de minerales críticos se intensifica en medio de la transición a energías renovables, marcando un cambio hacia políticas industriales competitivas y asociaciones basadas en valores políticos en lugar de en valores económicos liberales y libre comercio. Sin embargo, la transición a la energía limpia conlleva importantes desafíos económicos, sociales y ambientales, y la divergencia de Argentina con China podría generar tensiones y desafíos económicos inmediatos, mientras que alinearse con Estados Unidos no garantiza beneficios geopolíticos claros.
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No tengo esperanzas de que el litio de nuestro territorio le de beneficios a la Argentina. Lo más probable es que se lo terminen llevando operadores extranjeros, por dos monedas, dejando el impacto ambiental negativo para los argentinos.
Quien dijo que transacciones comerciales son sinónimo de beneficios geopolíticos?
EEUU tiene 3 acuerdos donde se compromete geopolítica mente
Y con ninguno de los países firmantes tiene grandes o críticos intereses comerciales.