En el día de ayer, tras la ceremonia de asunción presidencial de Javier Milei, la flamante canciller Diana Mondino, en un acto realizado dentro del Palacio San Martín, confirmó frente a los presentes la reanudación del proceso de adhesión de la República Argentina a la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).
Cabe recordar que la solicitud de ingreso a este organismo remonta a los primeros meses de la presidencia de Mauricio Macri (2015-2019), donde, en pos de revitalizar el rol de la Argentina en el mundo, se buscó deliberadamente participar en los principales foros internacionales que defiendan la democracia liberal, la economía de mercado y la búsqueda de una mejor gobernanza.
¿Qué representa la OCDE?
En primer lugar, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) es una entidad internacional de carácter económico que ha estado proporcionando orientación a los países desde 1961 con el objetivo de optimizar sus políticas públicas. Su enfoque se dirige hacia la identificación de factores que promueven cambios positivos en aspectos económicos, sociales y ambientales, estableciendo estándares a nivel internacional.
Aunque cuenta actualmente con la participación de 35 países de todo el mundo, la OCDE se presenta a sí misma como una entidad que colabora con los gobiernos en enfrentar los desafíos económicos, sociales y de gobernanza derivados de una economía globalizada.
En contraste con otras organizaciones internacionales, la OCDE no opera como una entidad que provea créditos o recursos financieros para inversiones. Su rol principal radica en compartir conocimientos y ofrecer asesoramiento para perfeccionar las políticas públicas y fomentar la buena gobernanza.
¿Cuáles son sus principales objetivos?
Los principales objetivos de la OCDE incluyen establecer principios globales para el desarrollo económico, promover políticas que contribuyan al crecimiento, pleno empleo y mejora de los estándares de vida en los países miembros, así como acelerar el comercio internacional. Además, la organización se dedica a la investigación, publicación y recopilación de estadísticas sobre diversos temas, como desarrollo económico y social, asuntos financieros, impuestos, comercio global, ciencia y tecnología, entre otros.
Es importante señalar que los estándares y recomendaciones emitidos por la OCDE no son de aplicación obligatoria ni automática para sus miembros; sin embargo, aquellos países que no los hayan adoptado cuentan con incentivos para hacerlo.
Argentina y la OCDE, dos viejos conocidos
El 25 de enero de 2022, la OCDE tomó la decisión de iniciar las conversaciones para la adhesión de Argentina, resultado de una cuidadosa consideración por parte de los miembros de la organización. Esta determinación se basa en el Marco para la Consideración de Futuros Miembros de la OCDE, respaldado por evidencias, y en los avances realizados por Argentina desde su primera solicitud de incorporación.
Desde 1982, Argentina ha participado activamente en varios Comités especializados de la OCDE y ha adoptado ciertos instrumentos legales de la organización. Como miembro del G20, junto con México y Brasil, Argentina se involucra en la extensa agenda OCDE-G20 y contribuye al establecimiento de estándares para una mejor gobernanza global, incluyendo iniciativas como el Proyecto de Erosión de la Base y Traslado de Beneficios (BEPS) y los Principios de Gobierno Corporativo OCDE-G20.
En este contexto, Argentina ha fortalecido su colaboración con la OCDE a través de un Plan de Acción personalizado, orientado a respaldar las principales prioridades de reforma del país en 16 áreas políticas. Este plan fue presentado al Secretario General de la OCDE, Ángel Gurría, en 2017, durante la Reunión de Ministros de Finanzas y Gobernadores de Bancos Centrales del G20.
La Secretaría de Relaciones Globales de la OCDE ha supervisado la coordinación estratégica de esta relación en nombre de los miembros, asegurando un diálogo centrado en el futuro y mutuamente beneficioso. Se han llevado a cabo reuniones regulares entre funcionarios argentinos, expertos de los países de la OCDE y la Secretaría de la OCDE, abordando temas acordados mutuamente y elaborando estudios analíticos conjuntos. Argentina ha apreciado la oportunidad de discutir problemas y desafíos políticos clave en un contexto multilateral, beneficiándose al aprender de las experiencias de los países de la OCDE que enfrentan retos similares en diversas áreas. Este intercambio de ideas ha enriquecido el conocimiento y asesoramiento político de la OCDE, beneficiando tanto a los miembros de la organización como a las economías que no forman parte de ella al proporcionar una mejor comprensión de Argentina.
Beneficios de la OCDE para una Argentina en vías de reconstrucción internacional
Los beneficios potenciales para Argentina al unirse a la OCDE incluyen la atracción de inversiones extranjeras al adoptar estándares de la organización, así como la posibilidad de aprovechar la experiencia de la OCDE en la implementación de reformas estructurales a través de visitas de expertos. La inclusión en publicaciones, reportes y estadísticas proporcionaría una mayor visibilidad al país y facilitaría las comparaciones con otros miembros.
La membresía ofrecería a Argentina la oportunidad de fortalecer lazos comerciales con otros países miembros, estimulando el tan necesario crecimiento económico. Además, cumplir con los estándares estadísticos de transparencia y anticorrupción de la OCDE aumentaría la credibilidad y confianza en el país.
Sin embargo, integrarse a un bloque con un alto nivel de ingreso promedio implicaría una adaptación a exigencias institucionales, regulatorias y económicas, presentando un desafío significativo.
Es importante tener en cuenta que el proceso de obtención de la membresía en la OCDE es complejo, riguroso, lento y no completamente apolítico. Hasta ahora, solo cuatro países latinoamericanos (México, Chile, Colombia y Costa Rica) se han unido desde la fundación de la organización. En esta ocasión, además de Argentina, se invitó a Brasil, Croacia, Perú, Rumania y Bulgaria a iniciar el proceso de membresía.
Las recomendaciones de la OCDE y las reformas implementadas para cumplirlas han generado beneficios tangibles en varios países. Un ejemplo es Corea del Sur, donde el PBI ha experimentado un aumento del 160% desde su ingreso, liderando actualmente los rankings de la OCDE en educación, ciencia, tecnología e innovación. En México, se logró reducir en dos puntos y medio del PBI la carga regulatoria para empresas y ciudadanos. Por otro lado, en Polonia, se observó una mejora significativa en la calidad educativa, reflejada en las pruebas PISA, ubicándose en el cuarto lugar entre los países con mejores calificaciones en Ciencia, Lengua y Matemáticas.
Las reformas necesarias para que Argentina acceda a la OCDE incluyen medidas como la modificación del régimen de compras estatales para garantizar la integridad en la contratación pública, la simplificación de la estructura impositiva y regulatoria nacional para eliminar distorsiones fiscales y regulaciones que obstaculizan la creación de empleo y el aumento de las exportaciones. También implica reformar las leyes que regulan las empresas públicas para fortalecer la independencia de sus directorios y adoptar estándares de eficiencia y transparencia.
El acceso a la OCDE constituye parte del impulso necesario de confianza internacional para que Argentina se posicione como un socio global confiable. La adhesión no solo aumentaría el peso de América Latina en la organización, sino que también, en caso de un ingreso conjunto con Brasil, fortalecería la voz de la región.
Un desafío que no acaba aquí
La República Argentina necesita imperiosamente restituir su dañado prestigio internacional, donde se incorpore en el carril de los estados en vías de desarrollo para así lograr sus ansiados objetivos tanto económicos como sociales y diplomáticos.
El ingreso a la OCDE debe ser un primer paso en pos de fortalecer nuestras relaciones internacionales con aquellos países que busquen colaborar con nuestra nación, donde constituya un necesario pero no por ello suficiente involucramiento en los entramados de la toma de decisiones de la política internacional.
A su vez, será de una suma importancia mejorar los mecanismos de decisión y desarrollo dentro de otros organismos multilaterales, principalmente el MERCOSUR, debido que un correcto funcionamiento del mismo le otorgará a la Argentina mayores y mejores oportunidades de intercambio comercial, que serán de vital necesidad para sanear el déficit de balanza comercial que acarrea nuestro país.
La nueva gestión en Cancillería, comandada por la economista Diana Mondino deberá dar señales claras de que la Argentina no hará discriminación alguna al momento de relacionarse internacionalmente, ya que cualquier vínculo serio y sin preceptos ideológicos le otorgará a nuestra nación, el lugar en el mundo que alguna vez supo tener.
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