El próximo 17 de diciembre los ciudadanos chilenos votarán en el plebiscito constitucional que viene gestándose hace cuatro años, en lo que se percibe como un hito que podría marcar el fin de un ciclo en el país, decidirán sobre una nueva propuesta de Constitución. Sin embargo, el gran interrogante es si este evento logrará disipar la incertidumbre económica que impactó negativamente las decisiones de inversión.
La incertidumbre económica se convirtió en una constante en Chile, agravada por eventos globales como las guerras en Ucrania y Gaza, así como por una desaceleración económica en China – el principal socio comercial del país sudamericano -. Sin embargo, factores internos, incluidos problemas estructurales persistentes y la complejidad de la recuperación post pandemia, también contribuyeron a un lento crecimiento.
En este sentido, el Índice de Incertidumbre Económica (IEC) – elaborado por el Centro Latinoamericano de Políticas Económicas y Sociales (Clapes) – alcanzó su punto máximo en noviembre, según reveló la última semana. El aumento del 4.5% respecto al mes anterior destaca la preocupación por el proceso constitucional como una de las principales fuentes de incertidumbre. Agregando que el resultado del plebiscito tendrá implicaciones significativas en el panorama económico.
Analistas como Felipe Larraín, exministro de Hacienda y director de Clapes, advierten sobre las consecuencias negativas que tuvo el prolongado debate constitucional en el crecimiento económico. Mientras algunos expertos creen que el resultado del plebiscito cerrará el debate y brindará estabilidad, otros sostienen que la incertidumbre persistirá, afectando la inversión y el desarrollo de reformas clave.
El País
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