El periódico japonés Sankei Shimbun informó sobre el inicio del ejercicio militar conjunto Yama Sakura, realizado en el Campamento Asaka de la Fuerza Terrestre de Autodefensa de Japón (JGSDF) el 4 de diciembre.
El ejercicio, que cuenta con la participación de Japón, Estados Unidos y Australia, se centra en el intercambio de inteligencia y la coordinación de control de comando durante operaciones conjuntas. Este año, participaron alrededor de 200 militares australianos integrados en las fuerzas estadounidenses, colaborando en la defensa de Hokkaido. En total, participaron unos 6.800 efectivos, y Filipinas también participó como observador por primera vez.
El Teniente General Ryoji Takemoto, Comandante del Ejército Occidental de la JGSDF, destacó la importancia del ejercicio en la ceremonia de apertura, afirmando que demostrará las estrechas relaciones entre Japón, Estados Unidos y Australia, contribuyendo a la estabilidad del Indo-Pacífico libre y abierto. El ejercicio también destaca la capacidad de Australia para proporcionar municiones y combustible en casos de “emergencia en Taiwán” o “emergencia de Okinawa”.
Australia ha participado activamente en ejercicios conjuntos con Estados Unidos y Japón en los últimos años, reflejando una alianza militar fortalecida entre los tres países. Esta participación se alinea con la Estrategia Indo-Pacífico de Estados Unidos, fortaleciendo la cooperación en seguridad bilateral y trilateral. La frecuente realización de actividades de entrenamiento conjunto, como guerra antisubmarina, defensa aérea y ejercicios de aterrizaje anfibio, subraya la importancia estratégica de Australia en el diseño estadounidense en Asia-Pacífico.
La cooperación militar entre Japón y Australia se presenta como una necesidad creciente, contribuyendo a la conservación de recursos militares de Estados Unidos. Se espera que Australia ejerza una influencia sustancial en la creación de una “OTAN asiática” y que la alianza militar entre Estados Unidos, Japón y Australia se consolide como una base política crucial para Estados Unidos en la región del Indo-Pacífico. Sin embargo, este fortalecimiento de las relaciones también puede aumentar las tensiones y empeorar el entorno general de seguridad en Asia y el Pacífico.
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