El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, llegó a Israel este lunes con el objetivo de presionar al Gobierno de Netanyahu para que ponga fin a las operaciones de combate en Gaza. Esta visita representa un momento crucial para evaluar si Estados Unidos podrá influir en la reducción del impacto devastador de la ofensiva israelí sobre los civiles palestinos.
Durante la visita, se espera que Austin y el presidente del Estado Mayor Conjunto, el general CQ Brown, presionen a los líderes israelíes para que adopten una nueva fase en la estrategia de guerra. Estados Unidos pidió operaciones más selectivas, centrándose en la eliminación de líderes de Hamás, destrucción de túneles y rescate de rehenes, en lugar de bombardeos indiscriminados.
En esta misma línea, aliados cercanos de Israel – como Francia, Reino Unido y Alemania – ya unieron sus voces a los llamados internacionales para un alto el fuego. El mismo se intensificó después de que tropas israelíes mataran por error a tres manifestantes que ondeaban una bandera blanca, desencadenando una oleada de protestas y la exigencia de reanudar las conversaciones con Hamás para la liberación de rehenes.
Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, confirmó que la lucha continuará hasta que Hamás sea expulsado del poder y se liberen a los rehenes. Estados Unidos, aunque ha vetado los llamados a un alto el fuego en la ONU, instó a Israel a tomar medidas más efectivas para evitar daños a civiles.
Bajo la creciente presión internacional, Israel proporcionó instrucciones de evacuación más precisas y reabrió su principal cruce de carga con Gaza para permitir la entrada de más ayuda. Sin embargo, Human Rights Watch acusó al Gobierno de Israel de privar deliberadamente a la población de alimentos, agua y combustible.
AP News
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