En un reciente comunicado, las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) han confirmado el desmantelamiento completo de la infraestructura militar de Hamás en el norte de la Franja de Gaza. Esta afirmación marca un punto de inflexión en las operaciones militares israelíes en la región, aunque las tensiones continúan en otras áreas del territorio.
El contralmirante Daniel Hagari, vocero de las IDF, destacó que la misión en el norte de Gaza se ha cumplido con éxito. A pesar de este logro, Hagari señaló que las operaciones se intensificarán en las regiones central y meridional de la Franja, donde se encuentran los principales focos de actividad de Hamás.
Hagari enfatizó que las IDF continuarán con su estrategia para debilitar a Hamás tanto en el centro como en el sur de Gaza. Esta postura refleja un cambio en el enfoque militar israelí, que ha decidido concentrar sus esfuerzos en áreas donde la presencia y actividad de la organización son más notorias.
Las cifras del conflicto son alarmantes. Según el Ministerio de Sanidad de Gaza, alrededor de 22.700 palestinos han perdido la vida y más de 58.000 han resultado heridos debido a la ofensiva militar israelí. Organizaciones internacionales, como Médicos Sin Fronteras (MSF), han expresado su profunda preocupación por la situación humanitaria en la región. MSF ha decidido evacuar a su personal médico del hospital al-Aqsa en Deir al-Balah, citando amenazas constantes de drones y francotiradores.
El panorama en Gaza es desolador. Carolina López, coordinadora de urgencias de MSF, describió escenas de caos y peligro constante. Los ataques cercanos al hospital y la penetración de balas en sus instalaciones evidencian la vulnerabilidad de los civiles atrapados en medio del conflicto.
A pesar de los avances de Israel en el desmantelamiento de infraestructura de Hamás en el norte, es evidente que el conflicto entre ambas partes está lejos de resolverse.
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