Los ministros de Relaciones Exteriores de los países del Mercosur emitieron una declaración conjunta en la que expresan su compromiso de finalizar el acuerdo comercial pendiente con la Unión Europea (UE). Tras una reunión en Asunción, los representantes señalaron que cerrar este acuerdo es una prioridad y buscarán lograr un tratado equilibrado para ambas partes.
Aunque en el año 2019 se anunció un acuerdo de libre comercio entre Mercosur y la Unión Europea después de dos décadas de negociaciones, las discrepancias, especialmente en torno a la protección del Amazonas y otros asuntos medioambientales, llevaron a un estado de estancamiento del pacto.
Asimismo las diferencias entre los sectores europeos llevaron a una situación en la que el lobby industrial alemán abogada por un respaldado al acuerdo, mientras que los agricultores franceses expresaron una fuerte resistencia, argumentando las complejidades del proceso.
Con el cambio de política en Brasil, el tono de las negociaciones también parecía haber experimentado un cambio positivo. En este sentido, la vuelta al poder de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil, quien abogaba por dar un nuevo impulso al bloque regional, reactivó la posibilidad de concretar este acuerdo.
Sin embargo, las nuevas condiciones presentadas por la Unión Europea en asuntos medioambientales generó tensiones entre los miembros del bloque sudamericano. La protección del Amazonas se ha convertido en un punto crucial, reflejando las crecientes preocupaciones ambientales y la necesidad de abordar la sostenibilidad en cualquier acuerdo comercial futuro.
Prioridad en la agenda regional
Paraguay, actual presidente rotativo del Mercosur, enfatizó la necesidad de considerar los intereses individuales de cada país y del bloque en su conjunto para llegar a un acuerdo equilibrado. En esta misma se pronunciaron los demás países miembros, subrayando que el acuerdo Mercosur – Unión Europea no es solo una prioridad en la agenda regional, sino también en las agendas domésticas.
A pesar de las expectativas renovadas con el Gobierno de Lula da Silva, la resolución de las discrepancias actuales sigue siendo un desafío. Las tensiones en torno a la deforestación y las condiciones medioambientales propuestas por la UE podrían afectar la conclusión del acuerdo y requieren un enfoque diplomático cuidadoso.
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