La visita del viceministro de Defensa de Rusia a Libia el domingo, marcando su cuarta visita en seis meses, refleja el interés de Moscú en convertir a esta nación africana en un punto clave para influir en la región, según un analista.
Chiara Lovotti, experta en Medio Oriente y Norte de África del grupo de expertos italiano ISPI, señaló que Rusia busca obtener oro, diamantes y desempeñar un papel destacado en el sur global, término utilizado para referirse a los países en desarrollo y sus aliados orientales.
Durante su visita a Bengasi, el funcionario ruso Yunus-Bek Yevkurov se reunió con el señor de la guerra del este de Libia, el general Khalifa Hifter, consolidando la relación forjada en 2020, cuando la organización mercenaria rusa Wagner Group respaldó el intento fallido de Hifter por derrocar al gobierno respaldado por la ONU en el oeste de Libia. Después de la muerte de Yevgeny Prigozhin, líder de Wagner, el año pasado, Yevkurov ha asumido el control de los mercenarios de Wagner, renombrándolos como el Cuerpo Africano de Rusia.
Se anticipa que este cuerpo no solo estará compuesto por personal ruso regular, sino que mantendrá una lógica mercenaria, ofreciendo algunos servicios a cambio de tarifas y llevando a cabo operaciones encubiertas. En el este de Libia, donde se estima la presencia de 800 a 1,000 rusos, las bases aéreas como Al Jufra sirven como escala para vuelos militares rusos hacia el sur, incluyendo la República Centroafricana, donde Rusia ha respaldado al gobierno en su lucha contra rebeldes.
A medida que la influencia francesa disminuye en África, Rusia ha buscado acercarse a líderes militares golpistas en Níger y Mali, países visitados por Yevkurov el mes pasado. Además, Rusia ha explorado la posibilidad de usar la ciudad costera Tobruk como base naval, proporcionándole una tercera base en el Mediterráneo junto a Tartus y Latakia en Siria.
La perspectiva de establecer una base naval en Libia podría fortalecer la presencia rusa e incrementar su influencia en el norte de África, según Nick Childs, analista naval del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos de Londres. Sin embargo, la viabilidad de estas instalaciones determinará la capacidad de Rusia para mantener una presencia naval efectiva en la región.
En su búsqueda de influencia, Hifter permitiría a Rusia utilizar bases aéreas y puertos a cambio de operar sistemas de defensa aérea en Libia. Este acuerdo busca contrarrestar la presencia militar de Turquía en el oeste de Libia. Aunque Estados Unidos ha intentado distanciar a Hifter de la influencia rusa, sus esfuerzos no han tenido éxito, y la reciente visita del general Michael Langley a Libia no impidió la visita de Hifter a Moscú.
El analista Jalel Harchaoui sugiere que el derribo de un avión de carga ruso en la base aérea de al-Jufra puede ser una estrategia para dañar a Rusia sin afectar directamente a Hifter. A pesar de estos incidentes, Rusia parece dispuesta a asumir ciertos costos para mantener su presencia en Libia.
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