Los insurgentes hutíes con sede en Yemen están utilizando drones de ataque de origen iraní similares a los que las fuerzas rusas que invaden Ucrania están empleando, según informes de una agencia de inteligencia estadounidense.
Ambos grupos han empleado vehículos aéreos no tripulados para llevar a cabo ataques a distancia y actualizar sus arsenales. Desde octubre, la Armada estadounidense ha derribado numerosos drones dirigidos al Mar Rojo y al Golfo de Adén, mientras que el ejército ucraniano, a una considerable distancia, se enfrenta a lo que se ha descrito como una “guerra de drones” en Europa del Este.
Un informe reciente de la Agencia de Inteligencia de Defensa detalla cómo Irán está suministrando armas a los militantes hutíes, incluidos los drones Waid 1 y 2. Según la DIA, estos drones comparten características notables, como tubos Pitot, fuselajes y conos de nariz, con los modelos Shahed-131 y -136 de Irán, los cuales tienen un alcance superior a las 1,000 millas.
Un estudio anterior de la DIA, publicado en agosto, señaló que los drones Geran-1 y -2 de Rusia, aunque rebautizados, tenían un origen iraní debido a similitudes visuales. Estos hallazgos se basaron en piezas recuperadas y en la comparación visual de imágenes de exhibiciones militares públicas.
Un portavoz de la DIA, al ser consultado sobre la proliferación de drones iraníes entre dos fuerzas en diferentes regiones, remitió a la información disponible en el informe y el comunicado adjunto. La DIA, con sede en la Base Conjunta Anacostia-Bolling, es una fuente primaria de inteligencia extranjera para las operaciones militares.
Los líderes estadounidenses han expresado preocupación por la influencia de Irán en el extranjero. Desde 2015, las fuerzas estadounidenses y sus aliados han interceptado más de 18 embarcaciones de contrabando iraníes, confiscando componentes de misiles balísticos, drones, misiles antitanques guiados, armas de fuego, cohetes, entre otros.
Un ataque con drones el mes pasado que causó la muerte de tres soldados estadounidenses en la instalación de la Torre 22, cerca de la guarnición de al-Tanf en la frontera con Siria, fue atribuido a militantes apoyados por Teherán. En respuesta, Washington llevó a cabo ataques contra más de 85 objetivos vinculados a la Guardia Revolucionaria, incluyendo cuarteles generales, centros de comando y control, y sitios de almacenamiento de municiones y drones, utilizando bombarderos B-1 de largo alcance.
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