Durante la Conferencia de Seguridad de Múnich, llevada a cabo en Alemania, el ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi, emitió declaraciones controversiales para todos los presentes, afirmando que China no puede ser dejada de lado en el sistema económico internacional. Calificó a la economía internacional es como “un gran océano que no puede cortarse en lagos aislados”, haciendo mención a que “la ausencia de cooperación es el mayor riesgo” y que Beijing no puede quedar fuera de este sistema.
El funcionario chino, en paralelo a la Conferencia de Seguridad de Múnich, se reunió con el Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, en un encuentro que calificó de “sincero, sustantivo y constructivo”. Asimismo, mantuvo un encuentro con el ministro británico de Asuntos Exteriores, David Cameron, el ministro francés de Asuntos Exteriores, Stéphane Séjournet, y el jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell.
“Quienes intenten dejar fuera a China en nombre de la reducción de riesgos cometerán un error histórico. La tendencia hacia la globalización económica no puede invertirse”, declaró Wang. Al enfatizar sobre intentar excluir a China del comercio internacional bajo el pretexto de reducir riesgos, el funcionario trató de dar un mensaje indirectamente a la Comisión Europea, quien ha dejado en claro su objetivo de “liberar a las economías de la UE de la excesiva dependencia de las cadenas de suministro subvencionadas de China” en todo tipo de productos.
Alemania ha especificado que el país quiere diversificar su suministro de bienes clave en un enfoque que denomina “de-risking”, el cual coincide con el de otras potencias industriales del Grupo de los Siete. En general, los planes de la UE reflejan la creciente preocupación del bloque por su dependencia económica de China, pero también de sus estrechos vínculos con Rusia. Esto, efectivamente, incluye una investigación más rigurosa de las inversiones extranjeras y un control más coordinado de las exportaciones tecnológicas hacia países como China.
Pero aunque el grupo ha subrayado que no pretende perjudicar a China ni frustrar su desarrollo, Beijing no pretende ser excluida de este arquetipo económico mundial siendo la segunda mayor economía del mundo. Y esto, Wang Yi, lo ha dejado claro.
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