Julian Assange, el fundador de WikiLeaks, se encuentra en la etapa final de su lucha legal en el Reino Unido para evitar la extradición a Estados Unidos, enfrentando cargos de espionaje.
Tras una prolongada saga que incluyó siete años de autoexilio en una embajada extranjera y cinco años de prisión, Assange se someterá a su última audiencia judicial en Londres, donde se discutirá si puede apelar la extradición. Su esposa, Stella Assange, afirma que la decisión es crucial para la vida de Julian, cuya salud se ha deteriorado durante su tiempo bajo custodia.
Assange, de 52 años, está acusado en Estados Unidos de 18 cargos relacionados con la publicación de documentos clasificados por WikiLeaks en 2010. Los fiscales alegan que conspiró con Chelsea Manning para hackear una computadora del Pentágono y divulgar información confidencial. Se enfrenta a cargos de espionaje y uso indebido de computadora, con una posible pena de hasta 175 años de prisión.
Los defensores de Assange argumentan que actuó como periodista para exponer irregularidades del ejército estadounidense, amparándose en la libertad de prensa. A pesar de que Suecia abandonó una investigación por crímenes sexuales, Assange permanece en la prisión de Belmarsh en Londres. Si bien inicialmente se bloqueó su extradición a EE. UU., la posibilidad ahora está abierta, y su equipo legal planea apelar en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos si es necesario.
La prolongada duración del caso se ha visto marcada por obstáculos legales y disputas sobre su salud y las condiciones de extradición. La situación actual de Assange es preocupante, con informes de un deterioro significativo de su salud física y mental. Su esposa teme por su vida y sostiene que su esposo no puede obtener un juicio justo en Estados Unidos. La audiencia en Londres podría determinar el curso futuro de este caso altamente controvertido.
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