A lo largo de la guerra en Ucrania, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos ha estado apoyando a una red de bases de inteligencia que, según fuentes consultadas, podrían estar en peligro si el congreso de Estados Unidos frena los paquetes de ayuda a Kiev.
Esta información, que parte de una investigación realizada por el medio New York Times (NYT), señala que las bases le permiten al Ejército de Ucrania “rastrear satélites espías rusos y escuchar a escondidas conversaciones entre comandantes rusos”. A su vez, esto remarca la importancia y dependencia que poseen estas redes de inteligencia para estar más pendientes de los ataques y sabotajes.
La relación entre la inteligencia ucraniana y estadounidense comenzó a intensificarse en 2015, cuando el entonces presidente Petro Poroshenko designó a Valeriy Kondratiuk para liderar la agencia de inteligencia militar de Ucrania. Después de la Revolución Euromaidán en 2014, Estados Unidos inicialmente desconfiaba de los funcionarios ucranianos y tenía preocupaciones sobre “provocar al Kremlin”, según el NYT.
Kondratiuk estableció vínculos con la CIA, que en 2016 acordó asistir en la modernización de la agencia de inteligencia militar ucraniana a cambio de inteligencia de Ucrania, según informó el NYT. Se estableció una línea roja, donde la CIA no participará en operaciones letales llevadas a cabo por la inteligencia ucraniana. Luego, con la Donald Trump como presidente, la relación se fortaleció aún más.
De acuerdo con el NYT, Ucrania se convirtió gradualmente en “un centro de recopilación de inteligencia que interceptó más comunicaciones rusas de las que la estación de la CIA en Kiev podía manejar inicialmente”.
No obstante, dadas las preocupaciones en torno al paquete de ayuda de USD 61.000 millones, las agencias de inteligencia ucranianas ahora expresan inquietudes acerca de si la CIA las “abandonará”, similar a lo que sucedió previamente en Afganistán, según indicó un alto funcionario ucraniano al NYT.
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