Donald Trump apela directamente a la Corte Suprema de Estados Unidos en un esfuerzo por asegurar su inmunidad presidencial ante las acusaciones de intentar anular los resultados de las elecciones presidenciales de 2020. La movida judicial, con fecha límite para argumentos orales en abril, podría tener repercusiones cruciales en la posibilidad de un juicio antes de las elecciones de 2024.
El Tribunal Supremo abordará la petición de Trump de inmunidad, que surge como respuesta a la decisión previa del tribunal de apelaciones de rechazar su reclamación. La orden del tribunal supremo señala la necesidad de considerar si un expresidente goza de inmunidad presidencial frente a cargos penales relacionados con actos oficiales durante su mandato y hasta qué punto esta inmunidad se extiende.
El caso penal contra Trump, que enfrenta cargos de conspiración para defraudar a Estados Unidos, obstrucción a la certificación del Congreso y violación de derechos, queda en pausa hasta que la Corte Suprema emita su veredicto final. Este desarrollo plantea la posibilidad de que la resolución del caso pueda influir en si Trump enfrentará juicio antes de las elecciones presidenciales de noviembre.
La estrategia legal de Trump se basa en la afirmación de que sus acciones, desde presionar a su vicepresidente hasta organizar listas falsas de electores, caen dentro del “perímetro exterior” de sus funciones oficiales, lo que le otorgaría inmunidad. Sin embargo, tanto la jueza de distrito como el tribunal de apelaciones rechazaron esta interpretación, destacando que colocar al expresidente fuera del alcance de la ley sería perjudicial para el sistema de poderes separados.
Este paso hacia la Corte Suprema es crucial para la estrategia de Trump, que ha buscado retrasos en el caso, posiblemente más allá de las elecciones, con la esperanza de obtener una segunda presidencia que podría permitirle indultarse o influir en la retirada de cargos. La implicación de la Corte Suprema indica que el caso permanecerá congelado hasta que se emita una decisión final, lo que podría retrasar un posible juicio hasta finales del verano o más.
Aunque los argumentos orales están programados para abril, la sentencia puede no llegar hasta mayo. La posibilidad de que la Corte Suprema espere hasta su actual mandato en julio podría significar que el juicio se retrase hasta finales de septiembre. Con Trump técnicamente teniendo derecho al “tiempo de preparación de la defensa”, el juicio podría posponerse incluso más allá de estas fechas.
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