Recientemente se cumplieron dos años del inicio del conflicto entre Rusia y Ucrania, con Vladimir Putin a la cabeza de una invasión al territorio del país vecino. Y aunque la guerra infringió un gran impacto en Ucrania y le costó múltiples daños, también ha dejado grandes heridas para Rusia que no esperaba un conflicto que se extienda tanto en el tiempo. Los costos humanitarios y económicos para Moscú se hacen evidentes.
Un reciente informe de un grupo de expertos del Atlantic Council demostró que el conflicto se caracterizó por “grandes tasas de fallecidos, un creciente aislamiento económico de Occidente y la emigración masiva de trabajadores calificados”. En un gran resumen, los números no mienten:
- 19.855 rusos detenidos en protestas contra la guerra en los dos últimos años
- Entre 27.000 y 34.000 millones de euros de déficit de ingresos de Rusia por el gas en 2024 en comparación con las previsiones anteriores a la guerra
- 315.000 soldados rusos resultaron muertos o heridos en Ucrania
- 10% de la cantidad de personal informático abandonó Rusia en 2022
- 444 Agentes extranjeros y organizaciones catalogadas como “indeseables”
- 330.000 millones de euros en activos del Banco Central ruso sancionados
- 685 Sospechosos en el caso de agresión a Ucrania
- 47.300 millones en pérdida de ingresos petroleros rusos por la limitación de precios del G7
Sobre los nacionales detenidos en protestas contra la guerra. Según datos de la organización de derechos humanos OVD-Info, actualmente hay 892 procesos penales contra disidentes pacifistas y un total de 19.855 personas han sido detenidas en protestas pacíficas. Asimismo, los datos muestran un gran aumento de rusos detenidos por razones políticas desde el inicio de la guerra. Asimismo, de las 3.626 personas en Rusia sujetas a procesamientos por motivos políticos desde 2012, más de un tercio han llegado en los últimos dos años (728 en 2022, 521 en 2023 y 56 hasta ahora en 2024).
Sobre los millones de euros perdidos en déficit de gas ruso. El mercado de gas natural e ingresos en Europa cerró las puertas a una gran cuota del recurso ruso, y en 2024 las pérdidas se proyectan entre 27 y 34 mil millones de dólares. Cabe destacar también que el oleoducto Nord Stream 2 no entró en funcionamiento, por lo que se redujo significativamente el envío de gas natural al continente europeo por parte de Moscú, lo cual golpeó la economía del gigante ruso considerando que las exportaciones de energía sigue siendo el principal mecanismo de Putin para financiar la guerra y mantener sus ingresos.
Sobre la cantidad de soldados rusos heridos o fallecidos en el conflicto. Según cifras proporcionadas por el ejército de Ucrania, las pérdidas de Rusia en la reciente campaña de cuatro meses por Avdiivka fueron mayores a las que sufrió la URSS en su guerra de una década en Afganistán. Las múltiples bajas para Moscú en sus fuerzas armadas se tornan un revés en los objetivos del Kremlin, considerando aún más que Rusia ha tratado de tomar toda clase de “medidas extraordinarias” para mantener sus capacidades de combate.
Sobre la cantidad de personal informático que abandonó Rusia. Según el Ministro ruso de Desarrollo Digital, el sector de tecnología de la información (TI) se enfrenta hoy día a un déficit de más de medio millón de trabajadores. Solo en 2022, el 10% de la fuerza laboral del sector abandonó el país, junto con más de mil empresas de Occidente. Estos números reflejan una gran pérdida para Rusia, considerando que este sector es vital para la economía de la nación que, desde 2015, impulsa un tercio del crecimiento del país.
Sobre los ciudadanos y empresas categorizadas como “indeseables”. A los números de hoy, un aproximado de 444 personas y organizaciones extranjeras fueron designadas con esta categoría por Rusia, país que utiliza una ley para nombrar de esta forma a las personas y entes por “recibir apoyo desde fuera de Rusia u operar bajo influencia extranjera”. Esto es así ya que Moscú considera que “comprometen las capacidades de seguridad del país y el orden constitucional”. Según el informe de Atlantic Council, “un total de 535 grupos e individuos han sido designados en virtud de estas leyes y incluidos en registros de agentes extranjeros y organizaciones indeseables desde 2022, lo que comprende la mayoría del total de 920 designados desde 2013, algunos de los cuales ya no figuran en la lista actualmente”.
Sobre los millones de euros en activos del Banco Central ruso sancionados. Cabe recordar que el fin de semana siguiente al inicio de la guerra por parte de Rusia, el G7 decidió prohibir las transacciones al Banco Central de Rusia (BCR) para “mantener el dinero fuera de Moscú”. Aunque los activos no han sido congelados, tuvo que detenerse la depreciación del rublo a través de controles de capital, acción descartada sistemáticamente por el gobierno antes de la invasión a Ucrania. En declaraciones del G7 se afirmó que el bloqueo se levantará si y solo si Rusia “se retira detrás de las fronteras de Ucrania de 1991 y paga compensación por el daño causado”.
Sobre los casos de agresión a Ucrania. Kiev, según la Fiscalía General del país, tiene 685 sospechosos en su principal caso de agresión, entre ellos ministros, diputados, comandantes militares, funcionarios, “instigadores de la guerra y propagandistas del Kremlin”. Hasta ahora se mantiene un registro de 125.698 crímenes de agresión y de guerra. Puede que la Fiscalía emita más órdenes de arresto en los próximos años mientras continúa con las investigaciones, aunque por lo pronto el fiscal general ucraniano buscará seguir avanzando con estos casos y dividir las responsabilidades de los procedimientos judiciales.
Por último: Sobre la pérdida de ingresos petroleros rusos por la limitación de precios del G7. Los miembros del G7 impusieron un tope al precio del petróleo a finales de 2022 con el objetivo de minimizar los ingresos de Rusia en este sector, aunque la política quedó bajo escrutinio en septiembre de 2023. Pero inicialmente, el precio del petróleo ruso se mantuvo por debajo del límite de 70 dólares por barril. Este tope sí redujo los ingresos de Rusia, aunque hubo problemas de aplicabilidad que socavaron su eficacia. Lo cierto es que Rusia optó por reducir su dependencia de los servicios marítimos de transporte del G7 y comenzó a usar buques cisterna de “flota en la sombra”, lo que generó un manejo distinto de la información a la que el bloque no podría acceder.
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