Sin duda alguna, la guerra entre Israel y Hamás, fue uno de los conflictos que -junto con la contienda entre Rusia y Ucrania- marcó a fuego el año 2023. Dicha guerra iniciada el pasado 7 de octubre tras los ataques llevados a cabo por la organización terrorista Hamás y la inmediata declaración de guerra por parte del Estado de Israel bajo el nombre de “Operación Espadas de Hierro”, cumpliría 5 meses esta semana. Cinco meses de caos e incertidumbre. Cinco meses de muerte.
Tal como suele suceder en conflictos a gran escala como este, con el transcurso de los meses, el panorama de la guerra fue variando. Sin embargo, al día de la fecha, la cifra de fallecidos de ambos lados sigue creciendo día a día, al mismo tiempo que cientos de civiles se encuentra aún secuestrados por Hamás, desconociéndose su verdadero paradero.
Los ataques perpetrados por Hamás –como fue de público conocimiento- tuvieron un fuerte respaldo de distintos países árabes como así también de diversas organizaciones terroristas como lo son la Yihad Islámica Palestina y el Hezbolá libanés. Esta última organización -auspiciada por la República Islámica de Irán- también ha dejado su huella en esta guerra, y lo sigue haciendo hasta el día de hoy debido a la tensa situación existente en la frontera norte entre Israel y el Líbano, la cual –en gran medida- se encuentra sustenta a las acciones tomadas por Hezbolá, quien opera desde el país de los Cedros.
Dicho esto, durante estas últimas semanas, la situación en el norte de Israel encrudeció tras los ataques con cohetes de Hezbolá y la pronta -y efectiva- respuesta por parte del ejército israelí quien, mediante ataques aéreos, asesinó a varios líderes del Hezbolá en el sur del Líbano.
Según informaron las Fuerzas de Defensa de Israel, uno de sus aviones alcanzó una estructura militar de Hezbolá en la ciudad de Nabatiye, al sur del Líbano. El resultado del ataque aéreo fue el asesinato de varios terroristas, entre ellos Ali Muhammad Aldbas, comandante de las Fuerzas Radwan de Hezbolá y también de Ibrahim Issa, su subcomandante. Estos últimos habrían planeado y operado decenas de ataques desde que la guerra entre el Estado de Israel y el grupo terrorista Hamás tuvo inicio allá por el 7 de octubre de 2023.
Mientras caen los cabecillas, ¿la guerra se traslada al Líbano?
Los ataques mencionados anteriormente se suman a lo ya ocurrido los primeros días de enero, cuando el ejército de Israel asesinó a Saleh al-Arouri. Quien era uno de los líderes del grupo terrorista Hamás, encargado de las actividades de Hamás en el territorio de Judea y Samaria.
Tal como informaron distintas fuentes, el cabecilla de Hamás fue alcanzado por un dron de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), mientras se encontraba en su residencia en el sur de la capital libanesa, Beirut. Más tarde, se confirmó que Saleh al-Arouri -cuyo nom de guerre era Abu Muhammad- fue asesinado, además, junto a otros seis terroristas, dos de ellos, con altos cargos en Hamás.
Inmediatamente, tras el ataque, distintas organizaciones terroristas como Al Fatah, la Yihad Islámica Palestina, Hezbolá y Hamás, condenaron el accionar de Israel y exclamaron por venganza. Este último, principal protagonista de la guerra que mantiene en vilo a Medio Oriente y al mundo desde el 7 de octubre pasado, sostuvieron que Israel pagará el precio por lo cometido. Tras este asesinato de uno de sus líderes, Hamás decidió suspender las negociaciones por un posible intercambio de rehenes por prisioneros, al menos por un tiempo.
Mientras que por parte de Hezbolá, Hassan Nasrallah, reconocido secretario general de dicha organización terrorista, le advertía al Estado de Israel que, en el caso de que las FDI decidan llevar la guerra al Líbano, la respuesta por parte de Hezbolá será “ilimitada”.
Por su parte, Yoav Gallant, ministro de defensa israelí, sostuvo que Israel no quiere entrar en guerra en territorio libanés, sino que prioriza un acuerdo que facilite el regreso seguro de los 80.000 residentes del norte de Israel que fueron desplazados tras los reiterados ataques de Hezbolá.
Los nuevos escenarios de batalla: Khan Yunis y Rafah
Si bien la tensa situación en la frontera norte va en aumento, al día de hoy, el epicentro de combate se ubica en la ciudad gazatí de Khan Yunis, en donde, día tras días, las tropas del ejército israelí cruzan fuego con los combatientes de Hamás. Además, crece la expectativa de un posible contraataque por parte de FDI en la ciudad de Rafah, al sur de Gaza. La misión tendría como objetivo debilitar aún más las capacidades de Hamás en la región.
Mientras tanto, las expectativas de un nuevo acuerdo entre las autoridades de Israel y Hamás han estado rondando en las últimas semanas, y será cuestión de tiempo el ver si el fantasma de un posible fin del conflicto empieza a asomarse o si se esfuma cuál humo. Dicha negociación, podría incluir la liberación de 40 prisioneros cautivos por el grupo terrorista Hamás –entre ellos y principalmente, mujeres, niños y ancianos- y, por el otro lado, más de 100 terroristas prisioneros que se encuentran en manos de Israel.
En cuanto a esto, se esperaba que el cese al fuego coincida con el inicio del mes de Ramadán –el mes sagrado para el islam-, sin embargo, el Presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, sostuvo que se trataba de algo poco probable dado a los diversos obstáculos que impiden que esto suceda. Entre ellos, se destaca lo transcurrido durante los últimos días en los cuales se acusó a las tropas israelíes de abrir fuego y asesinar a civiles gazatíes mientras se llevaba a cabo un reparto de ayuda humanitaria. Esto fue posteriormente negado y aclarado por el portavoz de las FDI mediante un comunicado. Otros de los hechos que estarían obstaculizando un posible acuerdo entre Israel y Hamás, son los constantes ataques terroristas que tienen lugar en territorio israelí. Con relación a lo dicho, en las últimas semanas se registraron varios atentados terroristas en distintas ciudades de Israel, algunos de cuáles, se cobraron víctimas fatales.
¿Una guerra sin final?
Al cumplirse cinco meses del inicio de esta contienda, el panorama aparece cargado de incertidumbre y, un eventual acuerdo entre las partes, con cada día que pasa, parece avanzar un paso y retroceder dos. Mientras que, a su vez, el fantasma de que el conflicto se traslade hacia el Líbano cobra aún más fuerza, en lo que sería una guerra que ninguna de las partes desea –ni le conviene-, pero que muchos lo asumirían como una causa casi inevitable del conflicto bélico ya existente entre Israel y Hamás con epicentro en Gaza.
Sin embargo, aunque todo se asemeje a una mera cuestión política con un juego de “tira y afloja” interminable, no hay que olvidarnos que, al día de la fecha, hay más de 100 personas que aún se encuentran secuestradas por Hamás sumado a los miles de civiles gazatíes también “prisioneros” de dicha organización y que sufren día a día, el desastre de esta guerra.
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