En medio de la creciente violencia, los palestinos se preparan para el sagrado mes de Ramadán. Enfrentando mayores medidas de seguridad por parte de la policía israelí y la persistente amenaza de la guerra en Gaza.
En este sentido, miles de policías se desplegaron en la Ciudad Vieja de Jerusalén anticipando la llegada de fieles al recinto de la mezquita de Al Aqsa, uno de los lugares más sagrados del Islam. A diferencia de años anteriores, la celebración del Ramadán este año se ve ensombrecida por el prolongado conflicto en Gaza, ahora en su sexto mes.
El tono sombrío se refleja en la ausencia de las decoraciones habituales en la Ciudad Vieja y en otras áreas de la Cisjordania ocupada. La decisión de no decorar la Ciudad Vieja este año se presenta como un gesto de respeto hacia aquellos que perdieron la vida en los enfrentamientos recientes. La policía de Israel asegura trabajar para un Ramadán pacífico, aunque ha tomado medidas adicionales contra la información provocativa en redes sociales.
Por su parte, el presidente de Estados Unidos Joe Biden, expresó en un mensaje de Ramadán su compromiso de presionar por ayuda humanitaria, un alto el fuego y la estabilidad a largo plazo en Gaza. Mientras los musulmanes se preparan para el ayuno, el sufrimiento del pueblo palestino se convierte en una prioridad internacional. Sin embargo, las conversaciones para un alto el fuego aún no avanzan.
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Fuente: Reuters