En los últimos meses, un gran número de buques pertenecientes a la coalición de los Guardianes de la Prosperidad, con la Armada de Estados Unidos a la cabeza, han estado realizando maniobras para brindar seguridad a los buques no militares y a las rutas comerciales del Mar Rojo. Pero, en particular, el despliegue de Estados Unidos trajo consigo la presencia del portaaviones USS Dwight D. Eisenhower.
El mismo es acompañado por un Grupo Aéreo Embarcado conformado por cazas F/A-18 Super Hornet, el E-2 Hawkeye de alerta temprana aerotransportada (AEW) o el avión de guerra electrónica E/A-18G Growler. Estos, según diversos reportes, han formado parte de uno de los mayores despliegues en la historia de la Armada de Estados Unidos por los constantes ataques de drones hutíes. Los informes citan a oficiales que afirman que la magnitud de las salidas y la actividad en el portaaviones nunca se habían visto antes, y lo asemejan a la Segunda Guerra Mundial.
En ese sentido, se han realizado ataques preventivos aire-tierra destinados a destruir puntos de lanzamientos terrestres de misiles y vehículos no tripulados hutís antes de que se conviertan en una amenaza, lo que se han convertido en tácticas ya estándares. Anteriormente, Estados Unidos pasó meses derribando municiones hutíes cuando ya habían sido lanzadas. Un informe de la BBC añadió que han “disparado más de 300 bombas y misiles”.
“(…) docenas de aviones pueden despegar del portaaviones durante un día normal, que puede incluir múltiples ciclos de lanzamiento y recuperación durante un periodo que puede durar hasta 12 horas” señala un informe. Según un antiguo informe del Director de Pruebas y Evaluación Operativa (DOTE), los portaaviones de la clase USS Nimitz (a la que pertenece el USS Dwight D. Eisenhower) fueron diseñados para una tasa de generación de salidas (SGR) de 120 al día durante un “día de vuelo” de 12 horas y de 240 salidas si se opera durante las 24 horas completas.
En esa misma línea, el New York Times relata en una reciente nota cómo es el trabajo actual a bordo de uno de los 11 portaaviones operativos más importantes de la Armada de Estados Unidos, que se encuentra desde el mes de octubre del 2023:
El despliegue del portaaviones USS Dwight D. Eisenhower en los últimos dos meses ha puesto a toda su tripulación en un rol de combate sin descanso. Un total de 5.000 marinos y pilotos han llevado a cabo tareas durante el día y la noche sin descanso.
Las declaraciones que el Comando Central de Estados Unidos (USCENTCOM) publica casi todos los días captan de manera cuidadosa coreografía a bordo del Eisenhower y otros buques de guerra. La cubierta de vuelo de un portaaviones es hoy uno de los lugares de trabajo más intensos del mundo, y en ese sentido, el Capitán Dave Wroe, Comandante del Escuadrón de Destructores 22 que acompañan al portaaviones, señaló que este ha sido el mayor desafío para la Armada estadounidense.
Con una pista corta de 300 pies, los pilotos que despegan necesitan un poco de ayuda para levantar el vuelo. Tanto es así que el portaaviones cuenta con un tipo de catapultas de vapor para “lanzar” los cazas al aire en poco tiempo.
No obstante, el aterrizaje es aún más difícil, ya que los pilotos de los cazas deben alinearse con la pista, y con ayuda del “gancho de cola” deben enganchar en segundo unos de los cuatro cables de detención. “Una vez que las ruedas tocan el suelo, el piloto acelera al máximo, por si acaso el gancho de cola no ha atrapado el cable y el avión tiene que despegar de nuevo” relata el autor de la nota.
Aún no hay una señal clara de cuando el conflicto finalizará, ni cuando replegará el USS Dwight D Eisenhower. “Lo ideal sería detener todos los ataques de los Houthi”, expresó el Capitán Chris Hilll, comandante del portaaviones, en una entrevista a la BBC, y sugiere que también requerirá esfuerzos gubernamentales e internacionales más amplios.
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