Tras el ataque terrorista a una sala de conciertos en las afueras de Moscú, Vladimir Putin se enfrenta a críticas y debates sobre cómo podría utilizar este incidente para obtener apoyo para su política en Ucrania. Pese a que el ataque, que dejó a decenas de personas muertas y heridas, ya fue atribuido por el Estado Islámico.
En este sentido, el mandatario ruso – recientemente reelecto para un quinto mandato – sugirió una conexión entre los atacantes y Ucrania. Durante su aparición en televisión horas después del ataque, sostuvo que los responsables planeaban huir a dicho país, sin mencionar a la filial del Estado Islamico ni la negación de Kiev de estar involucrado.
Esta acusación planteó una serie de interrogantes respecto a la motivación detrás de esta retórica y si Putin busca justificar acciones más agresivas contra Ucrania. Los críticos señalan similitudes entre este incidente y eventos pasados, como los atentados con bombas en apartamentos rusos en 1999, que se sugirió podrían haber sido utilizados para consolidar el poder de Putin. Afirmaciones que nunca fueron probadas, pero que alimentaron la desconfianza hacia el Kremlin.
Y aunque semanas atrás Estados Unidos compartió información con el Gobierno ruso sobre un ataque planeado en Moscú sin ninguna participación ucraniana , y posteriormente confirmaron la autoría del Estado Islámico en el ataque, Putin optó por culpar a Ucrania por el ataque, sugiriendo que los presuntos agresores intentaban escapar al país vecino.
Expertos sostienen que esta retórica podría ser utilizada como justificación para acciones militares más agresivas en la región, como la creación de una zona de amortiguación en Ucrania. Además, el ataque terrorista ya desencadenó otra serie de eventos, que incluyen un bombardeo ruso contra el sistema energético de Ucrania y llamados de figuras nacionalistas rusas a medidas más severas.
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Fuente: AP News