Con el aumento de su rivalidad, los estrategas militares de Estados Unidos y China están anticipando una nueva forma de guerra en la que escuadrones de drones aéreos y marítimos, equipados con inteligencia artificial, trabajan en conjunto como un enjambre de abejas para abrumar a un enemigo. Se imagina un escenario en el que cientos o incluso miles de estas máquinas participen en una batalla coordinada.

Un solo operador podría supervisar múltiples drones, algunos de los cuales se dedicarían a la exploración mientras otros llevarían a cabo ataques. Algunos podrían adaptarse para cambiar de objetivo durante una misión, basándose en programación previa en lugar de recibir órdenes directas.

Tanto Estados Unidos como China están inmersos en una carrera armamentista por el desarrollo de enjambres de drones, similar a la Guerra Fría, aunque la tecnología de los drones presenta desafíos adicionales en comparación con las armas nucleares. Dado que el software impulsa las capacidades de los enjambres de drones, sería relativamente fácil y barato para naciones rebeldes o grupos militantes adquirir sus propias flotas de estos drones.

El Pentágono está acelerando el desarrollo de drones económicos y descartables como un medio de disuasión contra las acciones de China, particularmente en relación con su reclamo territorial sobre Taiwán. Washington afirma que no tiene otra opción más que seguir el ritmo de Beijing, ya que los funcionarios chinos sostienen que las armas basadas en inteligencia artificial son inevitables y que ellos también deben poseerlas.

¿Estados Unidos y China se preparan para una nueva carrera armamentista?

La proliferación descontrolada de tecnología de enjambre podría aumentar la inestabilidad y los conflictos a nivel mundial, según Margarita Konaev, analista del Centro de Seguridad y Tecnología Emergente de la Universidad de Georgetown. Aunque Estados Unidos y China son los líderes indiscutibles en este campo, su intensa competencia y las tensiones existentes hacen que las perspectivas de cooperación sean sombrías.

Si bien las Naciones Unidas han intentado promover esfuerzos de no proliferación de drones, como prohibir ataques contra civiles o limitar el uso de enjambres para fines de limpieza étnica, sigue siendo incierto cómo se desarrollará la situación. Tanto el Pentágono como el ejército chino han mantenido en secreto sus avances en este campo, lo que hace difícil determinar qué país podría tener una ventaja.

Aunque se espera que los enjambres de drones completamente operativos y listos para el combate aún estén a unos cinco años en el futuro, hay grandes avances que podrían ocurrir antes. La competencia entre Estados Unidos y China en este ámbito está destinada a continuar, lo que plantea preocupaciones sobre cómo se utilizarán eficazmente estos enjambres en un contexto de conflicto.

Biden-Xi climate cooperation to energise COP27 negotiations | Reuters
Xi Jinping y Joe Biden tras la reunión bilateral llevada a cabo en noviembre de 2022.

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