Los dos estados tienen una larga historia de ataques en línea uno contra el otro, lo que podría ser relevante cuando Israel considera posibles represalias por el reciente ataque de Irán. El ataque de Irán contra Israel durante el fin de semana, que involucró más de 300 proyectiles, incluyendo misiles balísticos y drones lanzados desde territorio iraní, fue inusual en varios aspectos. Aún más inusual fue la amenaza de ciberataques que lo acompañó.
Un grupo de hackers vinculado a Irán afirmó haber comprometido los sistemas de radar israelíes en las semanas previas al ataque, aunque la principal agencia de ciberseguridad de Israel negó haber detectado actividad inusual en línea durante el ataque con misiles del sábado. Los ataques cibernéticos de Irán contra Israel han aumentado significativamente desde el conflicto regional desencadenado por el ataque de Hamas el 7 de octubre de 2023, según la jefa de la Dirección Cibernética Nacional de Israel (INCD), Gaby Portnoy.
Sin embargo, el intercambio de golpes cibernéticos entre los dos países precede al conflicto actual en más de una década. En 2006, Estados Unidos e Israel supuestamente desarrollaron y desplegaron un arma cibernética conocida como Stuxnet para infiltrar y sabotear el sistema informático de la instalación nuclear iraní de Natanz. Este episodio marcó el comienzo de un sofisticado programa de ciberataques iraní, que ahora es considerado una de las principales amenazas por Washington y otros países.
¿Será posible una respuesta de este calibre?
A pesar de las diferencias en sus capacidades, Israel ha sido tradicionalmente más avanzado en el ámbito cibernético, respaldado por una estrecha colaboración con Estados Unidos y otros aliados occidentales. Israel cuenta con una agencia nacional de ciberseguridad y una unidad de inteligencia de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), conocida como Unidad 8200, que se cree ha colaborado en el desarrollo de ataques cibernéticos como Stuxnet.
El presidente estadounidense Joe Biden y otros líderes han instado a Israel a mostrar moderación en su respuesta al ataque de Irán, reconociendo el potencial de escalada. Las operaciones cibernéticas podrían proporcionar una vía para una respuesta controlada, ya que ambos países parecen percibir el ciberespacio como un ámbito menos propenso a una escalada militar total.
Aunque Israel podría considerar un ciberataque como parte de su respuesta, cualquier acción en este sentido requeriría un proceso de aprobación similar al de las operaciones militares convencionales. Israel ha demostrado capacidades significativas en el ámbito cibernético y podría optar por atacar infraestructuras clave en Irán sin recurrir a operaciones militares tradicionales.
La administración Biden ha reiterado su apoyo a Israel pero ha dejado claro que no respaldaría un contraataque israelí contra Irán. Sin embargo, no está claro si esta reticencia se extiende a las operaciones cibernéticas. Israel, con su propia capacidad técnica avanzada, podría optar por llevar a cabo un ciberataque sin la ayuda directa de Estados Unidos, si lo considera necesario para sus intereses de seguridad nacional.
Fuente: Foreign Policy
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