En un contexto de crecientes tensiones geopolíticas y con la guerra en Ucrania como tema central, el Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, ha aterrizado en China con la delicada misión de advertir a Pekín sobre las graves consecuencias de brindar apoyo a la maquinaria bélica rusa.
Según han informado los medios estatales chinos, Blinken llegó el miércoles a Shanghai, dando inicio a una visita de tres días en la que también se trasladará a Pekín para reunirse con altos funcionarios del régimen. Esta gira se produce en un momento en el que China se muestra cada vez más preocupada por el rumbo que están tomando las relaciones bilaterales con Estados Unidos, a medida que Washington intensifica las sanciones y los aranceles para proteger su industria nacional de los rivales chinos.
Uno de los objetivos principales de Blinken será expresar la “profunda preocupación” de Estados Unidos por el presunto apoyo de China a la base industrial de defensa de Rusia. Según han denunciado funcionarios estadounidenses, a través de la transferencia de materiales de doble uso y componentes de armamento desde empresas chinas, Rusia estaría intensificando su producción militar para sostener su ofensiva en Ucrania.
Esta acusación cobra especial relevancia después de que el vicesecretario de Estado Kurt Campbell afirmara recientemente que, según las evaluaciones de Washington, Rusia se ha “reconstituido militarmente casi por completo” gracias al respaldo de China.
Jeff Mahon, ex alto cargo del Ministerio de Asuntos Exteriores de Canadá y actual ejecutivo de la Canada West Foundation, subrayó que frenar el apoyo de China a Rusia será “prioritario” para Blinken durante su visita. Sin embargo, advirtió sobre un “conflicto de intereses fundamental”, ya que China no desea que Rusia sufra un golpe o una derrota en Ucrania.
Además de abordar la cuestión ucraniana, Blinken también buscará la cooperación de China para rebajar las tensiones en Oriente Medio, tras los recientes ataques entre Israel e Irán. Estados Unidos espera que Pekín utilice cualquier influencia que tenga para “transmitir la necesidad de moderación a todas las partes, incluido Irán”.
La visita del Secretario de Estado se produce a menos de un mes de la toma de posesión del nuevo presidente de Taiwán, Lai Ching-te, un hecho que ha suscitado el escepticismo de Pekín. Washington espera que todas las partes “eviten emprender acciones provocadoras que puedan elevar las tensiones” en torno al estrecho de Taiwán, calificado como un asunto de “vital importancia” para la región y el mundo.
Más allá de los temas geopolíticos, Blinken también abordará los avances en tres asuntos acordados por el presidente Joe Biden y su homólogo chino Xi Jinping en su reunión de California en noviembre: la cooperación en la lucha contra el narcotráfico, la comunicación entre militares y la inteligencia artificial.
Sin embargo, uno de los principales puntos de fricción en la relación bilateral sigue siendo el exceso de capacidad industrial china y los riesgos de “desbordamiento global”. Biden, que se presenta a la reelección en noviembre, se hizo eco la semana pasada de la preocupación de la Secretaria del Tesoro Janet Yellen por este asunto y pidió triplicar los aranceles sobre el acero y el aluminio chinos.
Desde Pekín, las críticas a su capacidad industrial han sido recibidas con frustración, y Xi Jinping ha expresado su malestar por el rumbo de los lazos bilaterales, señalando que “los factores negativos de la relación también han ido creciendo” y necesitan atención.
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