Se ha confirmado la muerte del presidente de Irán, Ebrahim Raisi, tras el accidente del helicóptero en el que viajaba. El incidente ocurrió el domingo en las montañas cercanas a la frontera con Azerbaiyán, cuando el helicóptero se estrelló debido a las malas condiciones meteorológicas. Junto a Raisi, fallecieron el ministro de Asuntos Exteriores, Hossein Amirabdollahian, y otros seis pasajeros y tripulantes.

Los restos del helicóptero Bell 212, de fabricación estadounidense, fueron encontrados el lunes temprano después de una intensa búsqueda nocturna bajo condiciones extremas de ventisca. La televisión estatal iraní mostró imágenes del lugar del accidente con restos esparcidos por una ladera cubierta de niebla, y equipos de rescate de la Media Luna Roja trabajando en la recuperación de los cuerpos.

El líder supremo de Irán, Ayatolá Alí Jamenei, emitió un comunicado designando al vicepresidente primero, Mohammad Mokhber, como presidente interino. Jamenei también anunció cinco días de luto público y expresó sus condolencias al pueblo iraní. Según la Constitución de la República Islámica, se deben convocar nuevas elecciones presidenciales en un plazo máximo de 50 días.

Reacciones internacionales y políticas

La muerte de Raisi ha generado una ola de reacciones a nivel internacional y en la región. Líderes de países vecinos y aliados de Irán, como Arabia Saudita, Siria, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Jordania, Irak y Pakistán, enviaron mensajes de condolencia. El presidente ruso, Vladímir Putin, describió a Raisi como un “verdadero amigo de Rusia”, mientras que el primer ministro indio, Narendra Modi, expresó estar “profundamente conmocionado y entristecido”.

En contraste, la respuesta de las capitales occidentales fue más comedida, aunque la Unión Europea y Japón manifestaron sus condolencias. El grupo militante Hamás y el grupo libanés Hezbolá, ambos respaldados por Irán, también lamentaron la muerte de Raisi.

Contexto político y social

Este accidente se produce en un momento de creciente tensión en Irán, donde el régimen clerical enfrenta múltiples crisis políticas, sociales y económicas. La presidencia de Raisi, que comenzó en 2021, se caracterizó por un endurecimiento de las leyes de moralidad, una dura represión de las protestas antigubernamentales y una postura firme en las negociaciones nucleares con las potencias mundiales.

El régimen iraní también enfrenta una presión internacional considerable por su programa nuclear y sus estrechos lazos militares con Rusia en el contexto de la guerra en Ucrania. La reciente escalada de violencia en Oriente Medio, tras el ataque de Hamás a Israel el 7 de octubre, ha añadido otra capa de complejidad a la situación regional.

Implicaciones futuras

La muerte de Raisi plantea importantes preguntas sobre el futuro político de Irán. Raisi, de 63 años, era considerado un posible sucesor del Ayatolá Jamenei. Su fallecimiento en estas circunstancias representa un golpe significativo para los partidarios de la línea dura dentro del régimen. La gestión de esta crisis por parte del liderazgo iraní, así como la elección del nuevo presidente, serán cruciales para la estabilidad del país.

Los equipos de rescate enfrentaron condiciones extremadamente difíciles durante la búsqueda de los restos del helicóptero, y no encontraron señales de vida entre los pasajeros.

El líder supremo Jamenei concluyó su mensaje de condolencia destacando el servicio incansable de Raisi al pueblo iraní y su devoción a los valores islámicos, subrayando la gravedad de la pérdida para la nación iraní.

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Redacción
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