China, Japón y Corea del Sur celebrarán su primera cumbre en más de cuatro años en Seúl la próxima semana, en un esfuerzo por gestionar sus relaciones en medio de crecientes tensiones entre Washington y Beijing. El primer ministro chino, Li Qiang, el primer ministro japonés, Fumio Kishida, y el presidente surcoreano, Yoon Suk Yeol, asistirán a la cumbre el domingo y lunes, según un funcionario de la oficina de Yoon.
El domingo se llevarán a cabo discusiones bilaterales, y la cumbre abordará seis áreas de cooperación, incluyendo el desarrollo sostenible, los intercambios entre pueblos, la economía y el comercio, según Kim Tae-hyo, principal asesor adjunto de seguridad nacional de Corea del Sur. Kim añadió que esta cumbre representará un punto de inflexión para restaurar la cooperación tripartita plena.
Las cumbres trilaterales habían estado suspendidas desde 2019 debido a la pandemia y a la frustración de China por el acercamiento de Japón y Corea del Sur a Washington. Estados Unidos y sus dos aliados en Asia han elevado su cooperación en seguridad debido a las preocupaciones sobre Corea del Norte y la creciente asertividad militar de China.
La búsqueda de reconstruir las relaciones de cooperación
La cumbre se desarrollará en un contexto de rivalidad creciente entre Estados Unidos y China por la supremacía en el sector de los semiconductores. Washington ha impuesto restricciones para negar a Beijing el acceso a los semiconductores más avanzados y al equipo necesario para fabricarlos. China probablemente intentará persuadir a Japón y Corea del Sur de no unirse a los esfuerzos liderados por Estados Unidos para restringir aún más las exportaciones de equipos avanzados de fabricación de chips, después de que Tokio impusiera controles a las exportaciones el año pasado.
Los lazos económicos y comerciales entre estos países parecen estar debilitándose. Aunque Japón sigue siendo una fuente importante de inversión para China, la velocidad de las inversiones ha disminuido, y las nuevas inversiones en China y Hong Kong fueron una fracción de las realizadas en Estados Unidos. La inversión surcoreana en China también fue la más baja en 20 años, mientras las empresas coreanas invierten en Estados Unidos aprovechando los subsidios para la alta tecnología.
La importancia de la cumbre para los tres países
La próxima cumbre será una prueba diplomática importante para Yoon, quien intenta mantener el impulso durante los tres años restantes de su mandato después de una derrota en las elecciones parlamentarias. Yoon y Kishida podrían dirigirse a Estados Unidos en los próximos meses para una cumbre con el presidente Joe Biden, basada en una reunión de seguridad sin precedentes que los tres líderes tuvieron hace un año en Camp David. Esta reunión incluyó medidas como el intercambio de datos en tiempo real sobre amenazas de Corea del Norte y esfuerzos para reducir la exposición de las cadenas de suministro globales a China.
Corea del Sur, Japón y Estados Unidos están interesados en que Beijing use su influencia sobre Pyongyang para frenar las ambiciones nucleares de Kim Jong Un. China ha sido el mayor benefactor de Corea del Norte, proporcionando un salvavidas económico. Sin embargo, el régimen de Kim ha declarado que no renunciará a su arsenal nuclear, considerándolo una protección contra una invasión estadounidense, y ha calificado las ofertas de conversaciones de Estados Unidos como hipocresías descaradas, según la Agencia Central de Noticias de Corea.
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Fuente: Bloomberg News