Desde el comienzo de la guerra entre Rusia y Ucrania, las consecuencias en ambos lados han sido devastadoras. Desde las perdidas humanas, pasando por la destrucción de una gran cantidad de medios militares, hasta los grandes costos económicos de lo que implica un conflicto armado, el enfrentamiento ha arrojado varios resultados, entre ellos y el menos esperado es que Rusia parecería estar recuperándose más rápido de lo que pensaron los analistas estadounidenses.
Muchas analistas creían que a Rusia le tomaría un periodo de 10 años en volver a recuperar o reconstruirse, basándose en la cantidad de sanciones y los objetivos del país. Sin embargo, funcionarios de defensa europeos y estadounidenses, junto con expertos en el ejército ruso, dijeron a Defense News que la fuerza del Kremlin se está reconstituyendo más rápido de lo esperado. En ese sentido, estos expertos han señalo tres razones principales:
Resiliencia de la industria de la defensa
Desde el comienzo de la guerra hace dos años, Rusia ha triplicado su presupuesto y espera gastar alrededor de entre 130 y 140 mil millones de dólares, lo que equivaldría al 6% de su producto bruto interno. No obstante, lo que se argumenta es que tantos los bajos costos cómo los salario en el país permiten que el gasto de defensa sea más efectivo si se lo compara con los países de la OTAN.
Por otro lado, la industria de la defensa aumento un 20% pasando de 2.5 millones a 3 millones mi millones lo que permitió generar y reforzar las sus bases de sus industria. Por último, a pesar de la sanciones al Kremlin ha logrado mantener la estabilidad económica, con un crecimiento del PIB del 3% en 2023.
Evasión de las sanciones
A pesar de estar en guerra y enfrentar sanciones internacionales, Rusia ha logrado recuperarse en los últimos años gracias a su capacidad para esquivar penalidades financieras. La clave ha sido redirigir sus líneas de suministro a través de países aliados como China, que ha suministrado materiales críticos como microchips. Además, Corea del Norte e Irán han apoyado a Rusia con municiones, misiles balísticos y drones, lo que ha permitido a Moscú mantener su esfuerzo bélico. Este ingenioso manejo de las sanciones ha sido crucial para sostener la economía rusa y su capacidad militar.
Sostenimiento y el impacto a largo plazo
En primer lugar, a pesar de los esfuerzos del Kremlin por reabastecer su inventario militar, gran parte de su nuevo equipo consiste en material de la era soviética reacondicionado, lo que plantea preocupaciones sobre la sostenibilidad a largo plazo de sus operaciones. La dependencia de existencias antiguas y el apoyo de aliados cuestiona la viabilidad de mantener su capacidad militar en el tiempo.
En segundo lugar, para contrarrestar estos desafíos, Rusia ha incrementado la edad de conscripción y planea expandir sus fuerzas armadas a 1.5 millones de soldados para 2026, ofreciendo incentivos financieros significativos para atraer nuevos reclutas.
No obstante, y por último, el uso continuo de equipo obsoleto y la presión de un conflicto prolongado ponen en duda la sostenibilidad de sus operaciones militares. Ucrania enfrenta problemas similares, con una industria de defensa más pequeña y dependiente del apoyo incierto de sus aliados internacionales.
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