En el día de ayer, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba confirmó que en las próximas semanas un grupo conformado por tres buques y un submarino nuclear de la Fuerza de Tarea de la Flota del Norte de la Armada de Rusia llegará al país caribeño. No obstante, más allá de que esta llegada es considerada la más importante de los últimos años, las miradas se han puesto sobre el submarino de propulsión nuclear Kazan.

Cómo bien fue adelantado, esta no es la primera vez que Rusia envía unidades navales a Cuba cómo muestra del acercamiento y las buenas relaciones que aún existen entre ambos países, pero sí es la primera ocasión del submarino de propulsión nuclear. Si bien desde el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba se aclaró que ninguna de las unidades navales llevaría material nuclear, esto no ha dejado de resonar en el escenario internacional por ser un posible mensaje a los Estados Unidos en relación con el apoyo que le está prestando a Ucrania. 

No debe dejarse de lado que en la actualidad Rusia posee una de las flotas más grandes submarinos en el mundo con un total de 58 unidades que incluyen: 11 submarinos de misiles balísticos de propulsión nuclear (SSBN); 17 submarinos de ataque de propulsión nuclear  (SSN); 9  de misiles de crucero de propulsión nuclear (SSGN); y  21 de ataque diésel-eléctricos (SSK).

En lo que concierne a la visita oficial de la Armada, el submarino que visitará Cuba pertenece a la clase Yasen (Proyecto 885M). Estas unidades pertenecen a la clase de una nueva generación de submarinos nucleares de misiles cruceros con un diseño basado en la en las previas clases de submarinos de la era soviética (los clase Akula y Alfa). Están equipadas con lanzadores verticales (VLS) de misiles, pudiendo disparar diversos tipos de misiles, entre los que se encuentran los de antisupericie Kalibr y Oniks. También cuentan con 10 tubos para el lanzamiento de torpedos de 533mm.

Actualmente, la Armada rusa cuenta con tres submarinos en servicio -Severodvinsk, Kazan y Novosibirsk-, y con un cuarto –Krasnoyarsk- completando la fase de pruebas previo a su entrega oficial a la fuerza. La construcción del primero comenzó a finales de 1993 habiendo entrado en servicio en 2020. Mientras que el Kazán, separado por del primero por 16 años, es considerado cómo una nueva versión del Severodvinsk por ser más corto pero posee un reactor nuclear con un sistemas de refrigeración de nuevo diseño.  No obstante, Rusia tiene la intención de elevar a futuro el número a 12 unidades. 

Por lo tanto, la presencia de una unidad submarina de este porte en las cercanías a Estados Unidos es también un llamado de atención para las autoridades americanas en términos de seguridad nacional y en el ámbito geopolítico. Más allá de la clara demostración de poder militar, la proyección de fuerza lejos del territorio y la capacidades de estas unidades navales, es también un mensaje de que Rusia tiene la capacidad de operar en el patio trasero de EE. UU. e influir en el Caribe y América Latina.

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