Tal como informó el medio hermano Zona Militar, drones ucranianos habrían dañado gravemente uno de los pocos cazas furtivos Su-57 de quinta generación en un audaz ataque dentro del territorio ruso. Imágenes satelitales viralizadas muestran a una de estas aeronaves, consideradas la joya de la corona de la aviación militar moscovita, con serios daños mientras se encontraba estacionada en la Base Aérea Akhtubinsk, en la región de Astracán. Esto expone una serie de alertas por parte de Rusia, no solo por perder un gran activo militar que es el Su-57, sino que también deja al descubierto graves vulnerabilidades para poder defenderse.
La aparente pérdida del Su-57 representa un duro golpe para el prestigio militar ruso, después de más de dos años de fuertes bajas de material bélico en la guerra con Ucrania. Esto podría afectar la capacidad de Moscú para comercializar su hardware militar en todo el mundo, ya que el Su-57 es considerado un motivo de orgullo para el complejo militar industrial ruso, que se ha esforzado por vender este caza a clientes de exportación.
Los drones ucranianos como factor determinante en el conflicto
El incidente también pone de relieve las crecientes capacidades de Ucrania en materia de aviones no tripulados, tras una serie de ataques con drones de fabricación nacional en el interior de las fronteras rusas.
El ataque ha despertado el descontento entre los corresponsales militares rusos, con críticas a los dirigentes por no proteger adecuadamente la “joya” de la corona de su flota aérea.
Desde el inicio de la guerra con Ucrania, ambas partes han llevado a cabo ataques regulares en territorio enemigo. Ucrania, que carece del vasto arsenal de misiles de Moscú, ha desarrollado una batería de aviones no tripulados de largo alcance para atacar objetivos en el interior de Rusia, después de que Estados Unidos y varios aliados europeos autorizaran a Kiev a utilizar la ayuda militar que le suministran para atacar objetivos dentro de Rusia, con diversas condiciones.
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