Con la llegada del submarino nuclear Kazan y la fragata de misiles Almirante Gorshkov de la Armada de Rusia a La Habana, Cuba, Estados Unidos ha comenzado a desplegar medios navales y aéreos en las aguas internacionales al este de Florida. Sin embargo, en las últimas horas, el Comando Sur de EE. UU. anunció que el submarino de ataque nuclear USS Helena se encuentra en la bahía de Guantánamo, Cuba, realizando una visita portuaria de rutina. También son parte de esta flotilla el buque remolcador de salvamento Nikolai Chiker, y el petrolero Pashin del Proyecto 23130.

Submarino USS Helena de la Armada de Estados Unidos regresando al Puerto de San Diego luego de un despliegue de seis meses en el Oceano Pacífico

Ayer, se informó que, en respuesta a la llegada de la flotilla de Rusia a Cuba, un grupo de buques y aeronaves de Estados Unidos y Canadá también se ha desplegado en la zona. Aunque se anticipaba que América del Norte vigilaría los movimientos de la armada rusa, los analistas señalaron que el despliegue tiene como objetivo la recopilación de información sobre las capacidades de los medios antagónicos.

Por su parte, la Armada de Estados Unidos envió previamente a los destructores de la clase Arleigh Burke USS Truxtun (DDG-103) y USS Donald Cook (DDG-75), a los que se sumaron el USCGC Stone (WMSL-758) de la Guardia Costera y la fragata de clase Halifax HMCS Ville de Québec de la Armada Real Canadiense. Además, internautas identificaron aviones de vigilancia y patrullado marítimo P-8A Poseidón y el CP-140 Aurora canadiense en la zona.

Despliegue del submarino USS Helena: Reflexiones de la Guerra Fría

El despliegue del USS Helena ha sorprendido, ya que no se esperaba su presencia cerca de Cuba, realizando una visita portuaria en su tránsito por la zona geográfica de responsabilidad en misiones de seguridad marítima y defensa nacional. No obstante, esto no es del todo sorprendente, dado que Rusia ha enviado por primera vez un submarino nuclear al Mar Caribe.

La presencia del submarino nuclear ruso en el Caribe y la respuesta estadounidense reflejan las tensas y desconfiadas relaciones históricas entre ambas naciones. Además, el apoyo de Estados Unidos y Occidente a Ucrania es visto como un argumento para la visita de rusa a Cuba. Este despliegue militar reaviva los ecos de la Guerra Fría, una historia de competencia y rivalidad que sigue influyendo en las acciones actuales, enviando mensajes sobre el poder, las capacidades de cada nación y su lucha por la influencia global.

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