Las protestas en Armenia escalaron luego de que el primer ministro, Nikol Pashinyan, anunciara que un tratado de paz con Azerbaiyán está cerca de concretarse, aunque rechazó las demandas de Bakú de modificar su constitución. Tras sus declaraciones, enfrentamientos entre la policía y manifestantes estallaron en Ereván, reflejando la profunda polarización en la sociedad armenia sobre el manejo de las relaciones con Azerbaiyán.
Los manifestantes, que se oponen a las políticas de Pashinyan y exigen su renuncia, se congregaron alrededor del parlamento. Este incidente se suma a una serie de manifestaciones que denuncian la devolución de aldeas azerbaiyanas en ruinas y las crecientes concesiones territoriales a Azerbaiyán.
En el contexto de las negociaciones de paz, el presidente azerbaiyano Ilham Aliyev demandó que Armenia elimine cualquier referencia a la independencia de Karabaj en su constitución antes de firmar el acuerdo. Medios citaron a Pashinyan, que calificó esta demanda como un intento de incidir negativamente en el proceso de paz, aunque mantiene la esperanza de un acuerdo inminente tras realizar “ajustes” al texto propuesto.
Desacuerdos con Rusia
Asimismo, la retirada completa de las tropas rusas de mantenimiento de paz de Karabaj, anunciada el mismo día, intensificaron las críticas en Armenia sobre la falta de intervención de Rusia. Pashinyan expresó su descontento con el cumplimiento de los compromisos rusos, sugiriendo que Armenia podría abandonar la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), liderada por Rusia. Este movimiento podría realinear las alianzas estratégicas de Armenia en la región y complicar aún más el panorama geopolítico.
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Fuente: Reuters