Viktor Orbán llegó al poder en Hungría hace 14 años. Desde entonces, el país, que es uno de los más rezagados dentro de la Unión Europea, inició una serie de reformas económicas. Muchas de ellas, generaron tensiones tanto con la Unión Europea, como con los Estados Unidos. En política exterior, Orbán buscó tener una conducta autonomista, y orientada a los líderes conservadores y de derecha. Esta postura nacionalista generó que mantenga una buena relación con Trump, Milei y otros líderes de dicho espectro político.

Hungría experimentó una alta inflación durante el 2023. En su pico, llegó a tener 23% interanual respecto al 2022. Pero en los últimos meses el problema se estabilizó en 3,6%. El incremento en los precios de la comida afectó la economía húngara. Pero ese driver no influyó durante el último trimestre del 2023 e inicios del 2024. Y hoy las perspectivas de crecimiento de la economía húngara rondan los 2,5% del PBI y el 4% para 2025.

Orbán durante su gestión abrió como frente de batalla el límite del déficit fiscal que establece la Unión Europea. El mismo está situado en 3%, pero Orbán buscó que sea mayor el monto. En 2022, el déficit presupuestario fue de 4,9% y el objetivo para ir reduciéndolo se situó en torno al 2026. Es decir, el objetivo del primer ministro es cumplir con la normativa europea dentro de 2 años. Previo a la pandemia, el déficit fue del 7%. Por lo que generó varios roces con la Unión Europea para cubrir el déficit fiscal húngaro.

RTVE

Por otro lado, esta necesidad de ser más competitivo en las exportaciones generó que las IED se resientan a partir de la apreciación del forinto (moneda húngara) respecto al euro. El sector industrial es muy fuerte en Hungría, con un 42% del PIB según el Banco Central Húngaro. En torno a la necesidad de impulsar la radicación de inversiones en Hungría, y hacerla la fábrica de Europa, Orbán determinó algunas medidas de promoción de inversión. Para ello, el gobierno de Viktor Orbán inició una reforma fiscal en el año 2017. En la misma, redujo al 9% el impuesto a las sociedades.

A su vez, Hungría se convirtió en uno de los aliados más poderosos de China en Europa. Durante la visita de Xi Jinping a inicios de mayo, China definición su relación con el gobierno húngaro como una asociación estratégica integral, el acuerdo más amplio que ofrece el gobierno chino. En 2018, el comercio bilateral con China fue por un monto de USD 10 mil millones. Mientras que en el 2023 fue de USD 14 mil millones. Respecto al 2013, según estadísticas del gobierno chino, esto marca un aumento del 73%. Y el dato más importante es que China es la principal fuente de Inversiones Extranjeras Directas, con el 58% del total. 

Esto se contrapone con la relación que mantiene Hungría junto a los Estados Unidos. Orbán en el nuevo contexto electoral juega a favor de la candidatura de Donald Trump, y políticamente se encuentra en contra de la ayuda militar que presta la UE y EE.UU. a Ucrania. De esa forma, ambos líderes políticos logran alinear el nacionalismo. En el caso de Orbán, logra focalizar fondos para sus políticas económicas internas, y no los instrumentos de política exterior como la ayuda militar o el establecimiento de sanciones económicas.

Una agenda nacionalista, medidas que buscaron aliviar el bolsillo de los húngaros, distanciarse de la Unión Europea y los EE.UU. de Biden, y acercarse a China reflejan los grandes ejes de la política económica de Viktor Orbán. Su liderazgo parece indiscutible, pero el régimen que instaló muestra fisuras. En las recientes elecciones europeas obtuvo el 44% de votos, un 8% menos que en las elecciones generales del 2022. Su gran desafío a futuro es lograr mantener a la baja (y estable) la inflación de los bienes de consumo, y que no mine su popularidad en Hungría.

Te puede interesar: Brasil convoca al embajador húngaro para exigir explicaciones sobre la estadía de Bolsonaro en la embajada

Redacción
Equipo de redacción de Escenario Mundial. Contacto: info@escenariointernacional.com

Dejá tu comentario