El poder naval de los Estados Unidos se ha convertido en una herramienta crucial para su política exterior y en una garantía para el comercio global. El dominio sobre los océanos le proporciona una influencia internacional incomparable y, durante décadas, le ha permitido a Washington proyectar poder en todo el mundo, en tiempos tanto de guerra como de paz.

Aviones F-35A de la Fuerza Aérea de EE. UU., de las Alas de Cazas 388 y 428, forman una “marcha de elefante” durante un ejercicio en la Base Aérea Hill, Utah, EE. UU., el 6 de enero de 2020. Fotografía tomada el 6 de enero de 2020. Fuerza Aérea de EE. UU./R. Nial Bradshaw/Folleto vía REUTERS. ESTA IMAGEN HA SIDO SUMINISTRADA POR UN TERCERO.

¿Qué tan grande es el poder naval de EE.UU.?

Al día de hoy, la Armada de los Estados Unidos cuenta con siete flotas que operan en distintas regiones del mundo y más de una docena de bases permanentes fuera del país, tales como en Italia, Japón y otras zonas del Indo-pacífico.

Contando con alrededor de 290 barcos, no es la mayor del mundo, pero sí la más poderosa. Actualmente, Estados Unidos posee once portaaviones, mientras que China y Rusia tienen tres y uno, respectivamente. No obstante, esas comparaciones numéricas tienen un valor limitado, por lo que los analistas de defensa advierten que el criterio debería ser si la Armada, así como otros servicios, están equipados para cumplir con los objetivos de seguridad y política exterior del país.

Una de las razones de la estructura de las fuerzas estadounidenses ha sido prevenir que adversarios impidan el acceso de Estados Unidos a importantes aliados y, fundamentalmente, a mercados clave como Asia y Europa.

De hecho, el objetivo de impedir el surgimiento de una potencia hegemónica regional en Eurasia ha sido fundamental para la configuración de las fuerzas estadounidenses, permitiéndoles operar a grandes distancias y llevar a cabo operaciones militares sostenidas y a gran escala, según un informe de 2024 del Servicio de Investigación del Congreso.

A mediados de 2023, la marina estadounidense se propuso alcanzar una flota de 381 buques tripulados, incluyendo 31 buques anfibios de mayor tamaño, hacia la década de 2030. Además, también planea añadir 150 buques no tripulados para 2045, par crear una “fuerza híbrida” que opere tanto por encima como por debajo de la línea de flotación, según declaró el almirante Michael Gilday.

¿Cómo se organiza la marina de Estados Unidos?

La burocracia de la marina está dirigida por el secretario de la marina, un civil, y el jefe de operaciones navales (CNO por sus siglas en inglés), así como por un oficial militar de alto rango. El Cuerpo de Marines también depende del Departamento de la Marina, con su propio oficial superior, el comandante del Cuerpo de Marines. Tanto el CNO como el comandante del Cuerpo de Marines son miembros del Estado Mayor Conjunto, quienes deben asesorar al presidente y al Secretario de Defensa en asuntos militares.

La Guardia Costera es un servicio militar independiente de la marina, aunque colabora estrechamente en operaciones con componente de policía, como la aplicación de sanciones internacionales. Por ejemplo, ha trabajado con la marina en Asia y el Pacífico para interceptar envíos ilegales que violan sanciones de la ONU a Corea del Norte. Depende del Departamento de Seguridad Nacional, pero puede operar como parte de la marina en tiempos de guerra.

Cabe destacar que los jefes de los servicios no tienen el mando operativo sobre sus tropas debido a que la cadena de mando va del presidente al Secretario de Defensa y a los comandantes combatientes, con el presidente del Estado Mayor Conjunto actuando como enlace. Hay once comandos combatientes, de los cuales algunos, como el Comando Indo-Pacífico, han estado dominados por un servicio específico, en este caso, la marina.

¿Cómo se despliega la marina estadounidense?

Los despliegues navales se realizan en función de las prioridades nacionales y la misión específica en cuestión. Dicho esto, la formación más conocida es el grupo de ataque de portaaviones, que incluye un portaaviones nuclear y su ala aérea, acompañado por un crucero lanzamisiles, destructores, un submarino de ataque y un buque de abastecimiento. En tales despliegues, cada grupo cuenta con más de siete mil marineros e infantes de marina.

Un ejemplo reciente es el despliegue del USS General R. Ford en el Mediterráneo oriental en apoyo a Israel tras el ataque del 7 de octubre de 2023 por parte de Hamás. Generalmente, la marina tiene dos o tres grupos de portaaviones en marcha, mientras los restantes están en mantenimiento y entrenamiento.

Otra formación común es el grupo de preparación anfibia, centrado en un buque de asalto con una unidad de expedición de marines, acompañado por un buque de transporte y un buque de desembarco. Los buques de asalto como el USS Wasp y el Kearsarge, que llevan aviones de ataque y helicópteros, pueden parecer portaaviones, aunque no se clasifiquen como tales. La marina mantiene dos o tres de estos grupos operativos en cualquier momento.

En un contexto donde enfrenta el desafío de la competencia con China, la contención de Rusia, y la amenaza de la proliferación de armas en Irán y Corea del Norte, el poder naval de los Estados Unidos se constituye como una de las principales herramientas de su política exterior para la protección de sus intereses nacionales en el ámbito internacional.

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Fuente: Council on Foreign Relations

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