Dos eventos significativos sacudieron el panorama político de Francia el pasado domingo: Primero, el partido de extrema derecha Agrupación Nacional (RN), liderado por Marine Le Pen, obtuvo una victoria aplastante en las elecciones al Parlamento Europeo. Y segundo, el presidente Macron tomó la decisión de disolver la Asamblea Nacional y convocar nuevas elecciones legislativas.

Marine Le Pen, líder del partido de extrema derecha Agrupación Nacional (RN), ejerce su voto en Henin-Beaumont, al norte de Francia. Imagen ilustrativa de AFP

En este sentido, la lista electoral de Agrupación Nacional encabezada por Jordan Bardella alcanzó casi el 30% de los votos, superando por 17 puntos porcentuales a la lista Renacimiento del presidente Emmanuel Macron. RN ganó en todas las regiones excepto en París, logrando avances en grupos de votantes anteriormente inaccesibles, como los mayores de 65 años y aquellos con títulos universitarios.

Y como una respuesta casi inmediata, Macron tomó la sorpresiva decisión de disolver la Asamblea Nacional y convocar nuevas elecciones legislativas. Este movimiento, calificado por algunos como audaz y por otros como arriesgado, busca enfrentar la creciente influencia de la extrema derecha. Sin embargo, también refleja la estrategia de Macron de polarizar el escenario político, presentándose como la única alternativa viable frente a la extrema derecha de RN.

Reposicionamiento de la izquierda e internas en la derecha

Por su parte, la izquierda francesa, dividida desde las elecciones legislativas del año 2022, también encontró un nuevo impulso para unirse contra Macron y Le Pen. La Nueva Unión Popular Ecológica y Social ha resucitado como “Frente Popular”, con la intención de presentar candidatos únicos en cada circunscripción para maximizar sus posibilidades de éxito, resurge como un nuevo actor que podría complicar las ambiciones electorales de Macron.

Y en cuanto a la derecha, la propuesta de Éric Ciotti, líder de Les Républicains, de aliarse con la favorecida Agrupación Nacional suscitó una fuerte controversia interna. Esta idea contraviene la postura tradicional del partido y causó una crisis de liderazgo, con miembros votando para destituir a Ciotti.

Desafíos de la estrategia de Macron

Lo cierto es que en este contexto, la estrategia de Macron de definir la elección como una batalla entre él y Le Pen traerá aparejado efectos mixtos. Analistas de Foreign Policy sostienen que si bien este movimiento busca atraer a votantes conservadores, también normalizó las posiciones de RN, facilitando su avance.

En este sentido, explican que dada la inclinación de Macron por presentar su administración como de carácter imperioso, no resulta sorprendente esta situación. Tampoco sería inesperado un triunfo del RN en las elecciones legislativas, un resultado que, de concretarse, habría sido facilitado por las acciones de Macron.

Estas elecciones tienden a atraer a menos votantes que las elecciones nacionales. Con casi la mitad de la población francesa absteniéndose de votar el pasado fin de semana, no hay suficientes datos estadísticos o de comportamiento para hacer una predicción precisa sobre las elecciones legislativas. Lo que si es posible afirmar, es que con las nuevas elecciones legislativas programadas, Francia se prepara para un período de intensa confrontación política que podría redefinir su futuro político.

Fuente: Foreign Policy

Redacción
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