En el último tiempo, el continente africano –y particularmente la región conocida como el Sahel- se ha posicionado como el epicentro del terrorismo yihadista a nivel mundial. Allí, la presencia de grupos terroristas vinculados tanto a Al Qaeda -en el caso de Jama’at Nasr al-Islam wal Muslimin (JNIM)-, como así también a ISIS con su filial africana denominada ISWP, sumado a la infaltable presencia de Boko Haram han contribuido a que la zona mencionada sea una de las regiones más peligrosas del mundo ya que se encuentra plagada de bandas criminales vinculadas a los secuestros extorsivos, al contrabando, al tráfico de drogas y nada más ni nada menos que al terrorismo.
Es a raíz de esto que, en numerosas oportunidades hemos hablado acerca del terrorismo yihadista en África. Sin embargo, en tantas de estas ocasiones, se repite un mismo fenómeno, como si de un patrón se tratara. Hablamos del asesinato de cristianos en manos de miembros del autodenominado “Estado Islámico” que, en el afán de hacer regir estrictamente la Sharia (Ley Islámica) en aquellos territorios controlados por estos, masacran a las minorías que no profesan su credo.
La minoría cristiana en el Sahel, en peligro constante
Como se suele imaginar, la religión cristiana en África constituye una pequeña minoría si nos centramos en las regiones que comprenden el Sahel y el Magreb. En muchos lugares del mundo, esto no parecería ser ningún problema, sin embargo, en un continente africano que, en gran parte se encuentra marcado a sangre por el terrorismo yihadista, el asesinato de personas que profesan el cristianismo –lamentablemente- se ha convertido en moneda corriente.
En relación a esto, claramente lo religioso constituye un factor real al hablar del motivo de estos terroristas yihadistas a la hora de perpetrar el asesinato de cristianos. Algo similar suele suceder en muchos países de Occidente, en donde cientos de personas son despojadas de su vida por el simple hecho de ser consideradas “infieles”, a los ojos de los terroristas.
La compleja situación atraviesa fronteras
Como anticipamos en columnas previas, el terrorismo yihadista en el Sahel ha ido creciendo de manera desmedida en el transcurso de estos últimos años. Así mismo –y paralelamente-, ya desde hace un tiempo, la matanza de cristianos en manos de distintas organizaciones terroristas afiliadas tanto al autodenominado “Estado Islámico” –ISIS- como a Al Qaeda, fue aumentando considerablemente estos últimos meses, tratándose de una grave situación que continúa expandiéndose por varios de los países ubicados en el amplio territorio del continente africano, en donde –recordemos- se encuentra la capital mundial del yihadismo, Burkina Faso.
Entre los distintos países que podemos citar como ejemplo de lo sucedido, encontramos a la República Democrática del Congo, precisamente el territorio denominado Lubero, en donde 40 cristianos han sido asesinados en manos de terroristas pertenecientes a ISIS. Mientras que otras 10 personas fueron decapitadas en la región de Ituri, también en el Congo.
Por su parte, Nigeria, ya acumula varios episodios similares en su haber. La mayoría de estos, adjudicados por Boko Haram, quien siembra terror en el país desde su creación allá por el año 2002, llevando a cabo secuestros masivos y atentados terroristas. Cabe recordar que allí, el país se encuentra parcialmente dividido en un norte con mayoría musulmana (50% de la población), y un sur cristiano que abarca el 40% de los habitantes de Nigeria. Es por esto que, la mayoría de los ataques a cristianos suelen suceder en la zona norte del país. Sin embargo, en el último tiempo, muchos ataques –incluidos varios incendios a iglesias- se han producido en el sur, despertando el asombro de propios y extraños, ya que era considerada una zona relativamente segura.
Conclusión
Tal como desarrollamos en los párrafos anteriores, la situación de los cristianos en África, asesinados estos por los grupos terroristas que abundan en la región, es sumamente grave. A este presente tan dramático no solo se lo podemos atribuir a la falta de interés por parte de la comunidad internacional que pareciera hacer caso omiso de la situación, sino también a la inoperancia por parte de los gobiernos locales para hacerle frente al terrorismo yihadista en la región del Sahel quienes, pese a las dificultades, intentan frenar el avance del terrorismo en la medida de lo posible, siendo este un problema muy complicado de resolver en el corto plazo.
No obstante, además de la variable religiosa que mencionamos con anterioridad, el yihadismo en África engloba otra serie de factores que perjudican aún más el caos en la región: hablamos de la constante lucha por el poder, relacionada al dominio territorial y a la riqueza. La combinación de todo esto deriva, por razones obvias, en el aumento de la violencia, el contrabando, el narcotráfico y por supuesto, el terrorismo. Llevando a que el Sahel sea una región muy compleja de sacar adelante.
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