El presidente Biden y el expresidente Donald Trump se enfrentaron en el primer debate presidencial de 2024 el jueves por la noche en Atlanta. Este debate, inusualmente temprano, se dio en un momento en que Biden parece estar enfrentando dificultades en su campaña y los republicanos están optimistas sobre las posibilidades de Trump. Sin embargo, las encuestas indican que la carrera sigue siendo ajustada en los estados clave.
Entonces, ¿qué marcó este primer gran enfrentamiento entre los dos candidatos? Aquí van algunas conclusiones.
Biden no supo revertir las acusaciones hacia sus capacidades de gobernar
La pregunta más importante antes del debate era cómo manejaría Biden, dado que los votantes están preocupados por su edad y agudeza mental, y su campaña había mostrado previamente reticencia a debatir. Biden dio un enérgico discurso sobre el Estado de la Unión en marzo, pero no disipó muchas preocupaciones. Competir en un debate es diferente a dar un discurso preparado. Ayer, su desempeño no fue tan bueno. En algunos momentos, fue francamente duro.
Biden apareció ronco y con poca energía en su voz. Tropezó con sus palabras y argumentos. Por ejemplo, al intentar hablar sobre la atención sanitaria, no logró terminar su pensamiento antes de que se le acabara el tiempo. “[Estamos] asegurándonos de que cada persona sea elegible para lo que he podido hacer con -“, dijo Biden, antes de interrumpirse: “el covid – disculpe, con – lidiar con todo lo que tenemos que ver con – mira – si – finalmente vencemos a Medicare”. El moderador lo interrumpió diciendo que se le había acabado el tiempo.
Más adelante en el debate, Biden intentó ser más combativo, llamando a Trump “quejoso” por sus declaraciones sobre los acusados del Asalto al Capitolio y lo llamó “perdedor” y “niño”. Pero estos puntos no llegaron con mucha fuerza, al igual que gran parte de su desempeño.
Después del debate, los demócratas comenzaron a preocuparse por la candidatura de Biden de una manera que no habíamos visto antes (un alto ex asistente de Biden calificó su desempeño como “realmente decepcionante”) y las preocupaciones probablemente continuarán en los próximos días.
La estrategia demócrata hacia Trump se basó en sus problemas con la ley
Si hubo buenos momentos para Biden fue cuando la conversación giró hacia la democracia, el Asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021 y los problemas legales de Trump. Biden también puso a Trump en aprietos por sus sugerencias de que los acusados del 6 de enero han sido perseguidos, algo con lo que el público en general no está de acuerdo. “¿La idea de que esas personas sean patriotas? Vamos”, dijo Biden.
Trump no tuvo grandes respuestas, excepto citar sus afirmaciones de que sus casos han sido presentados por un sistema de justicia armado. En un momento, negó haber tenido relaciones sexuales con Stormy Daniels (“No tuve relaciones sexuales con una estrella porno, número uno”).
Aunque la condena de Trump en Manhattan no parece haberle perjudicado mucho hasta ahora, muchos estadounidenses no están familiarizados con estos detalles. Sin embargo, esto fue en gran parte una excepción. A pesar de los intentos de Biden de centrar las elecciones de 2024 en un referéndum sobre Trump, gran parte del debate se centró en Biden.
Trump explayó su retórica populista que lo caracteriza como candidato, mostrando una aparente fortaleza
No es sorprendente a estas alturas, pero el desempeño de Trump incluyó su habitual flujo de afirmaciones falsas y engañosas pero fuertes en contenido, potenciando su campaña presidencial dentro del sector más radicalizado del electorado.
Incluyeron su afirmación falsa de haber limitado los costos de la insulina antes de que lo hiciera Biden; estados azules ejecutando bebés después del nacimiento; no habiendo ataques terroristas bajo su mando; el deseo de Biden de cuadriplicar los impuestos de la gente; y que Biden lo haya acusado.
Trump finalmente adopta una postura sobre el aborto
Trump ha tratado de evitar ser encasillado en su posición sobre el aborto, diciendo simplemente que debería ser una elección del estado. Pero el jueves por la noche, Trump finalmente opinó sobre la píldora abortiva mifepristona.
Es una declaración significativa, ya que los demócratas han advertido que una segunda administración Trump podría atacar la píldora abortiva utilizando una ley federal anticuada. Es la señal más reciente de que Trump teme lo que podría significar para su candidatura restringir el aborto en un mundo posterior a Roe v. Wade. Imagínese hace unos años que un candidato presidencial republicano dijera que apoya la píldora abortiva.
A pesar de algunas perlitas, no fue un gran debate
Había muchas preguntas sobre si el formato del debate funcionaría. Además de ser muy temprano, el debate no contó con público y tenía un botón de silencio si los candidatos interrumpían. El formato funcionó bien, pero no hizo que fuera un gran debate.
Evitaron una repetición del caótico primer debate de 2020. Los candidatos entendieron que hablar fuera de turno no servía de nada. La falta de audiencia significó que no estaban actuando para una multitud, y la multitud no estaba influyendo en el asunto. Pero incluso sin gritos y teatro, el debate no fue sustancial. No hubo mucho contraste en los temas.
Trump obstruyó en gran medida, repitiendo el mismo relato que lo llevó a la presidencia en 2016, sin mucha verificación de hechos por parte de Biden o de los moderadores. Biden luchó por exponer sus puntos y resaltar los contrastes con el candidato republicano, lo que privó de fluidez a su discurso. No está claro que algún formato hubiera generado un debate más convincente. Muchos de los problemas se deben a los propios candidatos, pero no fue el tipo de debate que parece probable que despierte el interés en la campaña.
Hacia el final del debate, los dos candidatos, fuera del hilo propio del evento, discutieron sobre sus habilidades personajes al jugar golf: Biden habló de su drive y handicap mientras Trump cuestionaba su capacidad. “No actuemos como niños”, dijo Trump. “Eres un niño”, respondió Biden. Esto demuestra lo mencionado anteriormente en Escenario Mundial, la incapacidad tanto del Partido Demócrata y del Partido Republicano de mejorar su oferta electoral.
Por suerte, esto contribuirá de forma significativa en el electorado indeciso…
Te puede interesar: Estados Unidos se prepara para un nuevo debate presidencial en medio de fuertes tensiones internas
Fuente: The Washington Post