Las elecciones presidenciales en Irán y los comicios próximos en Estados Unidos podrían transformar las relaciones bilaterales, marcadas por décadas de tensiones y sanciones internacionales. Para muchos, el resultado de estos comicios pueden moldear el destino a nivel interno de Irán, así como también repercusiones significativas en su política exterior a nivel internacional, como lo es su vínculo con Washington.
Y aunque Irán celebraró unas inesperadas elecciones presidenciales el pasado viernes tras la trágica muerte del presidente Ebrahim Raisi, Estados Unidos también se enfrenta a un futuro incierto en la contienda Biden versus Trump en noviembre. Pese a ello, y aunque haya pocos incentivos para hacer más estrecha la relación Irán-Estados Unidos, el resultado de ambos comicios podría cambiar este escenario.
Antecedentes
Irán y Estados Unidos han mantenido una relación tensa desde la revolución iraní, cuando la toma de la embajada estadounidense en Teherán marcó un punto de quiebre. La actitud antiamericana es usual en Irán, y las estrictas sanciones que ha enfrentado el país impulsadas por Washington han aislado al país aún más.
Hubo momentos de cooperación en el pasado, como el apoyo inicial de Irán a la campaña estadounidense contra los talibanes. Pero las relaciones se han deteriorado, especialmente con la retirada de Estados Unidos del acuerdo nuclear en 2018 bajo la administración de Trump.
Hoy día, con Biden las perspectivas de una mejora en las relaciones se estancaron, y tanto Biden como Trump enfrentan críticas por sus enfoques de política exterior hacia Irán.
¿Perspectivas de cambio?
Desde Irán, la creencia de que “no importa quién se siente en la Casa Blanca, el problema es Washington” está muy arraigada en la sociedad. Hubo situaciones de acercamiento o leve cooperación, como cuando Barack Obama firmó el acuerdo nuclear de 2015 que evitaba la adquisición de armas nucleares por parte de Teherán pero que levantaba sanciones internacionales impuestas al país. No obstante, Trump se retiró del mismo en 2018 y arraigó la desconfianza hacia Estados Unidos, y Biden no supo volver a entrar al acuerdo o gastar capital en estrechar sus lazos.
Las tensiones entre ambos países suelen depender de sus respectivos líderes, aunque la desconfianza mutua está muy instalada en los gobiernos. En este sentido, ante un posible triunfo de Donald Trump, se espera una línea dura en términos de política exterior hacia Irán, mientras que con un Biden ganador no habría mayores cambios a los dispuestos hoy día pero sí una posibilidad de diálogo.
Desde Irán, independientemente de quién sustituya a Raisi, ninguna figura política parece dispuesta a asumir el riesgo de un acercamiento a Estados Unidos. Además, las sanciones propulsadas por Washington han afectado gravemente a la economía iraní, pero no han provocado su colapso gracias a otros vínculos de cooperación con Rusia y China (una alianza que también demarcaría los lineamientos de política exterior estadounidense si gana Trump o si gana Biden). No obstante, las conversaciones entre ambos países han estado actividad en Omán, según declaró el ministro de Asuntos Exteriores iraní en funciones, Ali Bagheri.
Te puede interesar: Elecciones en Irán: dos candidatos a presidente se retiran de la contienda a horas de la votación