El Pentágono se encuentra en alerta máxima debido a las amenazas rusas relacionadas con los vuelos de drones estadounidenses sobre el Mar Negro. La situación, que ya venía tensionándose desde hace tiempo, alcanzó un nuevo punto crítico el 28 de junio de 2024, cuando la Vicesecretaria de Prensa del Pentágono, Sabrina Singh, convocó a una conferencia de prensa para abordar la escalada de advertencias provenientes de Moscú.

El detonante de esta crisis fue la instrucción del ministro de Defensa ruso, Andréi Beloúsov, a sus funcionarios para que prepararan una respuesta contundente a las operaciones de reconocimiento estadounidenses. Según el Ministerio de Defensa ruso, estos vuelos no solo han aumentado en intensidad, sino que además están involucrados en la recopilación de información y en la selección de objetivos para armas de precisión suministradas a Ucrania por países occidentales, apuntando directamente contra instalaciones rusas.

Esta acusación no es menor, ya que implica una escalada en la participación de Estados Unidos y la OTAN en el conflicto ucraniano, lo que podría llevar a un enfrentamiento directo entre las potencias nucleares. El Ministerio de Defensa ruso no escatimó en advertencias, señalando que estos vuelos incrementan el riesgo de incidentes que involucren a aviones militares rusos, lo que podría desencadenar choques directos entre la OTAN y Rusia.

Los antecedentes de Rusia y Estados Unidos en el Mar Negro

El contexto histórico de estas tensiones se remonta a marzo de 2023, cuando un caza ruso Su-27 dañó un dron estadounidense MQ-9 Reaper, provocando su caída en el Mar Negro. Este incidente, considerado el primer enfrentamiento militar directo entre fuerzas rusas y estadounidenses desde la Guerra Fría, elevó considerablemente las tensiones en el marco de la guerra en Ucrania.

La situación se agravó aún más después de un ataque ucraniano con misiles ATACMS de fabricación estadounidense contra Sebastopol, que resultó en víctimas. Rusia acusó directamente a Estados Unidos de estar involucrado en el ataque, proporcionando inteligencia y asistencia en la selección de objetivos. Como consecuencia, funcionarios rusos advirtieron sobre la adopción de medidas de represalia.

La complejidad de la situación se ve exacerbada por la creciente sofisticación de los sistemas de drones y la importancia estratégica del Mar Negro. Este cuerpo de agua, crucial para el comercio y la seguridad regional, se ha convertido en un punto focal de las tensiones entre Rusia y Occidente. La presencia de drones de reconocimiento estadounidenses en la zona es vista por Moscú como una provocación directa y una amenaza a su seguridad nacional.

Mientras tanto, Ucrania se encuentra en el medio de dicha situación. El país sigue dependiendo del apoyo occidental para defenderse de la agresión rusa, pero al mismo tiempo, se ve expuesto a un riesgo creciente de convertirse en el escenario de un conflicto mucho más amplio y devastador.

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Alejo Sanchez Piccat
Licenciado en Gobierno y Relaciones Internacionales UADE Maestrando en Defensa Nacional UNDEF Interesado en Seguridad Nuclear y Medio Oriente Contacto directo: asanchezpiccat@esceneariomundial.com

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