La tensión continúa creciendo en Medio Oriente y, según diversas fuentes, un conflicto a gran escala entre Israel y el grupo terrorista Hezbolá es inminente.
Desde el 7 de octubre, fecha en la que Hamás mató a más de 1.200 personas en Israel, este último ha estado bombardeando y enviando tropas a la Franja de Gaza para aniquilar al grupo terrorista palestino.
Sin embargo, desde ese momento, el grupo libanés Hezbolá ha estado lanzando cohetes hacia el norte de Israel, accionar con el que continuará hasta que se establezca un alto el fuego en Gaza.
Pero el problema es que una solución entre todas las partes parece ser casi imposible en este momento: mientras que Hamás dice que cualquier acuerdo debe poner fin a la guerra y lograr una retirada total de Israel de Gaza, Tel Aviv argumenta que solo aceptará pausas temporales en los combates hasta que Hamás sea erradicado.
Así, mientras las negociaciones se prolongan, las Fuerzas de Defensa de Israel y Hezbolá están diseñando planes de batalla e intentan adquirir armas adicionales en el caso de una guerra a gran escala.
Justamente, los ataques entre estos actores aumentaron significativamente en junio después de que Israel matara a un alto comandante de Hezbolá.
Por ello, ahora los funcionarios estadounidenses están tratando de convencer a ambas partes de que reduzcan la escalada, aunque no parece que eso sea probable.
Preocupación en Estados Unidos
Sin dudas, una guerra a gran escala en Medio Oriente representaría un gran problema para todo el mundo, principalmente teniendo en cuenta que impactaría de lleno en los precios del petróleo.
Pero, más allá de la cuestión en general, un hipotético conflicto afectaría directamente a EE.UU., principal aliado de Israel, ya que se vería obligado a ayudar a defender Jerusalén e involucrarse más profundamente en una región que, desde hace años, intenta abandonar, tal como se observó en Afganistán.
Actualmente, tras 9 meses de guerra en Gaza, el ejército israelí está al límite, a lo que se suma que Hezbolá tiene un arsenal estimado de unos 150.000 cohetes y misiles capaces de atacar cualquier lugar de Israel.
Además, si la guerra estalla, otro desastre humanitario podría producirse en un momento en el que la comunidad internacional ni siquiera puede manejar la crisis en Gaza.
Por el momento, la inteligencia estadounidense ofrece una evaluación un poco más conservadora que Europa, ya que algunos países del Viejo Continente calculan que una guerra entre Israel y Hezbolá podría estallar en los próximos días. Por ello, muchos les han aconsejado a sus ciudadanos que abandonen el Líbano.
Por su parte, el Departamento de Estado, que estima que la guerra podría iniciar en un par de meses, emitió una advertencia de viaje para los ciudadanos estadounidenses, instándolos a “reconsiderar seriamente” los viajes al Líbano.
Hasta el momento, la ofensiva de Israel ha matado a casi 38.000 personas en Gaza.
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