Esta mañana el mercado británico amaneció con la noticia de que el Partido Laborista obtuvo una aplastante victoria frente al debilitado Partido Conservador. De esta manera, los laboristas vuelven al poder luego de 14 años, con sólidas promesas para revitalizar la economía y aliviar al sistema financiero británico, golpeado por los últimos inestables años de gobierno conservador.
El nuevo panorama financiero del Reino Unido
Los gestores de fondos expresaron su optimismo respecto a que el liderazgo de Keir Starmer en el Partido Laborista podría marcar un cambio hacia una política más serena y moderada, dejando atrás años de turbulencias marcadas por el Brexit, la crisis de los bonos del Estado y el referéndum escocés.
La libra esterlina experimentó su séptimo día consecutivo de ganancias, alcanzando su nivel más alto en tres semanas al cotizar alrededor de $1,28. El índice FTSE 100 también registró un incremento del 0,3%, en donde se destacaron especialmente los constructores de viviendas. Desde la industria constructora, se espera que el Partido Laborista lleve a cabo políticas que desregularán el sistema de planificación, facilitando el emprendimiento de nuevos proyectos de construcción de viviendas.
La libra esterlina ya había mostrado fortaleza a principios de semana, avanzando más de un 1% frente al dólar, conforme quedó claro que el Partido Laborista ganaría las elecciones cómodamente ante la peor crisis del Partido Conservador en su historia.
En contraste con países como Francia, donde el sistema político enfrenta incertidumbre por el ascenso del partido de extrema derecha de Marine Le Pen, y Estados Unidos, donde el presidente Joe Biden enfrenta presiones intensas relacionadas con su campaña de reelección, el Reino Unido parece estar experimentando una transformación positiva en la percepción de los inversores, especialmente visible en la fortaleza de su moneda.
La disciplina fiscal bajo la mira del Partido Laborista
Los bonos del gobierno británico están emergiendo como un activo refugio más atractivo, según Monica Defend del Instituto Amundi, quien destacó los buenos resultados del Reino Unido en términos de inflación y dinámica fiscal. En su opinión, los bonos británicos se perfilan como la apuesta más segura para los inversores en comparación con sus equivalentes estadounidenses, alemanes y franceses.
La promesa de disciplina fiscal por parte del Partido Laborista ha dejado a los inversores confiados en que, bajo el liderazgo de Starmer y su canciller Rachel Reeves, no habrá cambios radicales en el gasto o el endeudamiento. Antes de las elecciones, el Partido Laborista enfatizó la estabilidad económica como una prioridad en su plataforma, comprometiéndose a cumplir con estrictas normas de gasto tras el derroche de gastos de Liz Truss, que desató una venta descontrolada en el mercado de bonos en 2022.
El nuevo gobierno también hereda una economía lenta y frágil, con la inflación volviendo al objetivo del 2% del Banco de Inglaterra, aunque los precios de los servicios siguen siendo rígidos. Los datos de crecimiento más recientes sugieren que la recuperación de la recesión técnica del año pasado está perdiendo impulso.
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