Este sábado, un ataque con drones por parte de Rusia durante la noche dejó a un aproximado de 100.000 personas sin luz en la región de Sumy, noreste de Ucrania. El motivo fue que el ataque dañó una instalación eléctrica, aunque no se trata del primer ataque de este estilo contra infraestructuras importantes.
Según el operador de la red nacional Ukrenergo, la instalación de energía en la región fue dañada en pos de forzar apagones en la capital regional. No obstante, las autoridades ucranianas también destacaron que otro ataque ruso había afectado a la capital provincial, donde el suministro de agua fue cortado.
Desde el lugar no hubo noticias inmediatas de víctimas, aunque Ucrania destacó que se encontraban trabajando para reincorporar los equipos y el suministro de energía. En este contexto, las fuerzas aéreas ucranianas afirmaron haber derribado 24 de los 27 drones rusos disparados contra 12 regiones; y por el otro,
Desde la óptica de Moscú, la agencia estatal RIA citó a un líder local pro-ruso que declaraba que las fuerzas rusas habían atacado una planta de producción de munición para cohetes en la ciudad de Sumy. Y aunque existen pocas posibilidades de corroborar la información, lo cierto es que Moscú ha intensificado sus ataques contra infraestructuras energéticas de Ucrania desde marzo. Este accionar ha provocado que las agencias proveedoras de energía deban programar diversos cortes y dejar sin luz o agua a gran parte de la población para poder cubrir el déficit.
En este contexto, pero en otras noticias, Rusia afirmó haber tomado otro pueblo en la región oriental de Donetsk. Según lo confirmado por el Ministerio de Defensa ruso, las fuerzas capturaron el pueblo de Sokil en la región oriental de Donetsk, asentamiento que se encuentra a unos 30 kilómetros al noroeste de la capital regional de Donetsk.
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