La 64° Cumbre del Mercosur celebrada en Asunción enfrenta una serie de desafíos, difíciles de encontrar en la historia del bloque. La dimensión más preocupante es el bajo o nulo relacionamiento político entre Argentina y Brasil, que impulsan el comercio intrarregional. Sumado a este punto, la agenda externa que no avanza en sus frentes abiertos, y una política comercial externa sin consenso interno, marcan un camino errático del Mercosur en los últimos 6 meses.
La ausencia de Milei y las acusaciones brasileñas
Si bien nunca fue una relación comercial pacífica o ajena a disputas, Argentina y Brasil siempre mostraron diálogo para superar las diferencias respecto a cuestiones técnicas al comercio. Recordemos que el comercio exterior es uno de los instrumentos de política económica que cuentan los países. En ese sentido, las naciones sudamericanas siempre han encontrado como desafío la estabilidad macroeconómica, y el comercio exterior se erige como una palanca para lograrla.
Como si fuese otro capítulo del libro, la Cumbre no estuvo ajena a la disputa, casi personal, entre Milei y Lula Da Silva. El presidente argentino decidió priorizar en su agenda la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC) y reunirse con el rival de Lula: Jair Bolsonaro. En lugar de Milei, asistió la Canciller Mondino quien pidió inyectar adrenalina en las venas del Mercosur. La posición del gobierno argentino es la reducción del Arancel Externo Común y la concreción de los objetivos del relacionamiento externo del bloque.
Tanto el campo argentino, a través de insumos, como la industria, teniendo a Brasil como mercado, no son ajenos a esta disputa presidencial. De igual modo lo son Paraguay y Uruguay. Peña le dio relevancia al relacionamiento externo del bloque con Asia, y Lacalle Pou en 2021 ya amenazó con dejar el bloque. Su movimiento no fue acompañado por los demás socios, pero ya marca un camino que antes era improbable, y hoy vislumbra como alternativa.
El ingreso de Bolivia al bloque
Bolivia, por otro lado, se incorporará al bloque luego de 7 meses de espera de su ley para aprobar la adhesión. Luis Arce, que se encuentra ante importantes desafíos internos y externos, asistió a la reunión en Paraguay. El ingreso como miembro pleno implicó para Bolivia la adopción de la normativa aduanera del bloque, que le costó 9 años, ya que el proceso de ingreso inició en el 2015.
La jugada de Evo Morales de tinte sudamericana, en los finales del primer ciclo progresista en el continente, buscaba contrarrestar el auge de la Alianza del Pacífico y su regionalismo abierto con foco en Asia-Pacífico. En los tiempos actuales, con el ímpetu aperturista que tuvo el bloque por parte de Uruguay en un principio, y Argentina en la actualidad
Las negociaciones con Emiratos Árabes Unidos
A la par de la Cumbre, el Mercosur está llevando a cabo negociaciones para la firma de un acuerdo comercial con los Emiratos Árabes Unidos. Se trata de la primera ronda de negociaciones de varias que se realizarán a futuro. Si bien el peso del comercio con los EAU no es significativos para el bloque, el país asiático está interesado en ciertas materias primas y productos con valor agregado estratégicos. Desde el litio en el primer caso, como ciertos productos de la cadena agroalimentaria y medicinal, los países del Mercosur exportan a los EAU utilizándolo como hub logístico. Su posicionamiento en la región asiática, y específicamente en Medio Oriente, le da ventaja para coordinar el envío de mercancías a Europa, Medio Oriente, y el Extremo Asiático.
UE, EFTA y el relacionamiento externo del bloque
La protesta de agricultores europeos y la entrada en vigor del Reglamento 2023/1115 de la Unión Europea sobre materias primas limitó el avance de manera significativa. La reapertura de las negociaciones para establecer mejores términos terminó siendo un arma de doble filo. Y se perdió la ventana estratégica para la firma del acuerdo con la UE. Con los resultados de las elecciones parlamentarias europeas y la victoria de la derecha, el panorama parece pesimista. Y esa fue la declaración del Canciller uruguayo, quien opinó que se debió firmar el acuerdo el año pasado. Recientemente, hubo un intento por parte de los países europeos para seducir al Mercosur. Ofrecieron fondos de cooperación internacional al desarrollo para fomentar las cadenas productivas verdes, pero no logró cambiar la posición del Mercosur, ni unificar posiciones para avanzar con el acuerdo.
Por parte del acuerdo con la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA), las negociaciones se estancaron en aspectos técnicos desde el 2019. Según el portal del Mercosur, se negociaron cuestiones relacionadas al “comercio de bienes, reglas de origen, compras públicas, comercio y desarrollo sostenible y revisión legal”. En abril se reunieron las comitivas negociadoras de ambos bloques, pero los resultados fueron escuetos y se plasmaron en el comunicado. En el mismo se resaltó la vocación política, pero la misma aún no se tradujo en resultados concretos que beneficien a la población de ambos bloques comerciales.
El mayor éxito es el acuerdo con Singapur, que se encuentra en revisión legal de sus textos en español y portugués. Luego, según el Grupo de Relacionamiento Externo del Mercosur, se están estableciendo contactos con Canadá, Indonesia, India y Líbano. Los países del bloque fueron pesimistas respecto a los avances durante el semestre con Corea del Sur.
Pocos objetivos, pero con resultados tangibles y apoyo mayoritario
La Cumbre de Asunción nos deja una enseñanza para el futuro del bloque: quien mucho abarca, poco aprieta. Por ello, es necesario hacer foco en lograr el acuerdo comercial con la Unión Europea y la EFTA. De esa manera, se cierra el capítulo europeo y los países podrán dinamizar la agenda asiática. Sin embargo, el poco interés del gobierno argentino y la incorporación de un país reticente a los acuerdos de libre comercio ponen en jaque cualquier decisión consensuada. Si el peso del comercio intrarregional continúa disminuyendo, la salida del bloque no es una decisión costosa para los países miembros.
Te puede interesar: Incertidumbre en Mercosur tras la ausencia de Javier Milei en la cumbre