China avanza en la expansión de su flota de portaaviones, con dos unidades en servicio, una en pruebas y un cuarto buque en construcción, como parte de una estrategia más amplia para reforzar su influencia global y establecer su hegemonía en el Indo-Pacífico. Esta maniobra, sumado a los avances en otras áreas militares, como los submarinos y los misiles hipersónicos, podrían representar un desafío considerable para el dominio naval de Estados Unidos en esta estratégica región.

En este sentido, el esfuerzo del gigante asiático comenzó hace décadas con la adquisición de portaaviones soviéticos para estudiarlos y transformarlos, culminando en la creación de una flota moderna y en constante crecimiento. El primer portaaviones convertido fue el Liaoning, seguido por el Shandong, que resultó ser el primer portaaviones construido en el país.

El más reciente es el Fujian, notablemente más avanzado, con un desplazamiento de 80.000 toneladas y una catapulta electromagnética. Actualmente, informes sugieren que China trabaja en el desarrollo del Tipo 004, que se espera tenga propulsión nuclear y pueda incluir armas avanzadas como láseres y cañones electromagnéticos.

Lo cierto es que, a pesar de estos avances, los portaaviones chinos enfrentan limitaciones significativas. La mayoría de sus portaaviones tienen propulsión convencional, lo que restringe su capacidad operativa a distancias más cortas en comparación con los portaaviones nucleares de Estados Unidos. Además, aunque la calidad y tecnología de los portaaviones chinos han mejorado, aún no alcanzan el nivel de sofisticación de la flota estadounidense.

Estados Unidos sigue manteniendo una ventaja significativa en términos de cantidad y calidad de sus portaaviones. Sin embargo, expertos sugieren que la acumulación de capacidades militares del Gobierno chino y su ambición de establecer una presencia naval dominante en el Indo-Pacífico es lo que suscita preocupación entre los estrategas militares estadounidenses.

El más reciente portaaviones de la Armada china, el Fujian.

La ambición expansionista de China

El verdadero desafío para Estados Unidos no proviene únicamente de los portaaviones chinos, sino de la amplia gama de capacidades militares que China está desarrollando. Estos incluyen submarinos avanzados, buques de superficie de todo tipo, misiles hipersónicos y una aviación de combate moderna. En su conjunto, estos medios representan una amenaza significativa para la presencia naval estadounidense en el Indo-Pacífico.

En este contexto, tanto la ambición como la capacidad del gigante asiático para proyectar poder aéreo y naval en una región estratégica tan disputada, está aumentando. Esto incrementa no sólo la preocupación a nivel global, sino también los riesgos de una confrontación directa con Estados Unidos.

Fuente: National Interest

Redacción
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