Tal como somos testigos, en el transcurso de los últimos años, el fenómeno del Terrorismo –y particularmente, el terrorismo de índole yihadista-, ha traspasado las fronteras de lo que era considerado su epicentro, Medio Oriente, llegando a expandirse a prácticamente todos los continentes del mundo.
Como hicimos noción en artículos previos, las organizaciones terroristas se encuentran cada día más “globalizadas”, pudiendo alcanzar objetivos que antes parecían demasiado lejos. Es por esto que, al día de hoy, destacan -y mucho- la presencia de varias células terroristas pertenecientes al autodenominado “Estado Islámico” en distintas partes del mundo como lo son ISWAP en África, ISIS-C en el Cáucaso e ISIS-K, en la zona de Asia Central. A través de las mismas, un grupo terrorista de la magnitud de ISIS ha logrado expandir el terror más allá de su “zona de confort” -hablamos de Siria e Iraq, los países que lo vieron nacer-.
Sin embargo, habremos de destacar que el terrorismo también puede llegar a ser perpetrado –en muchos casos- por personas aisladas, sin una afiliación directa con un determinado grupo u organización terrorista. Por lo que no sería algo errado decir que, en una gran mayoría de ocasiones, el crecimiento y la expansión del terrorismo yihadista se ha puesto en marcha a través de lo que en diccionario del terrorismo se conoce erróneamente como “lobos solitarios”. Éste es un término muy controversial que ha despertado confusiones entre profesionales y académicos a lo largo de los años, en torno a si existen o no. Sin embargo, el daño que estos individuos le generan a la humanidad se encuentran fuera de cualquier tipo de discusión, siendo un mal que contribuye a que el terrorismo continúe expandiéndose día a día
Una definición compleja
De la misma manera en que lo hacen muchas de las palabras que giran dentro del fenómeno del terrorismo –tales como yihad, por ejemplo- la categorización de los llamados “lobos solitarios” también suele despertar cierto grado de confusión en la sociedad. Ahora bien, en cuanto a su definición propiamente dicha, suele definirse a los lobos solitarios como “aquellos individuos que pasan a la acción sin ningún tipo de ayuda directa y orden encomendada, sino solamente en nombre de un determinado grupo o movimiento terrorista”, tal como lo afirma José Levy en su libro “Terror Alerta ISIS”, publicado en el año 2017. Además, bien podría encajar en esta definición lo proporcionado por Guilherme Damasceno Fonseca y Jorge Mascarenhas Lasmar (2019), quienes conceptualizan a los lobos solitarios como “aquellos individuos auto radicalizados sin ninguna relación con un grupo terrorista”.
Ya habiendo descrito las definiciones en las que podría encajar el término de “lobos solitarios”, es necesario señalar que muchos estudiosos del tema sostienen que el concepto de lobos solitarios es erróneo, debido a que, tarde o temprano, estos individuos siempre se encuentran relacionados a un determinado grupo u organización terrorista, a través de los cuales tuvo lugar su reclutamiento y radicalización.
Un peligro incesante
Así como pudimos anticipar en los párrafos anteriores, la sólida presencia de estos erróneamente llamados lobos solitarios alrededor del mundo supone una gran amenaza a nivel global que, muchas veces, pone a prueba los sistemas de seguridad de los países en cada evento masivo, ya sea cultural, deportivo o de otra índole.
En relación a esto, en muchas ocasiones, son las propias organizaciones terroristas las que instan a los lobos solitarios a llevar a cabo atentados terroristas en distintas partes del mundo. Un ejemplo de esto, puede ser lo sucedido tras el salvaje atentado de Moscú el marzo pasado, en donde ISIS convocó a los “lobos solitarios” a llevar a cabo masacres contra cristianos y judíos de Occidente durante el mes sagrado de Ramadán, haciendo hincapié en Estados Unidos, Israel y Europa. Acercándonos más en el tiempo, en la recientemente finalizada Eurocopa 2024 desarrollada en Alemania, el gobierno de aquel país anfitrión ha tomado serias medidas en materia de seguridad ante un potencial atentado terrorista –posiblemente llevado a cabo por un “lobo solitario”-. No obstante, como si esto no hubiese sido suficiente, días atrás llamó la atención el mensaje publicado en español por el grupo terrorista Al Qaeda, mediante el cual incitó a los jóvenes musulmanes a “decapitar sionistas en Estados Unidos y el mundo occidental”.
Todos los ejemplos mencionados anteriormente constituyen una pequeña porción de la enorme cantidad de casos en los que han participado –o al menos, intentado- los mal llamado lobos solitarios. Ahora bien, es necesario destacar que, detrás de estas especies de “marionetas” que dicen actuar solas, siempre hay una gran organización detrás que maneja los hilos de este enorme mal que es el terrorismo yihadista.
Fuentes consultadas
- Fonseca, Guilherme Damasceno y Jorge Mascarenhas Lasmar (2019) Pasaporte al terror: los voluntarios del Estado Islámico. Curitiba, Brasil: Appris
- Levy José (2017). Terror Alerta ISIS. Una amenazada para toda América. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Planeta